Capítulo 12

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Me encuentro tirada en un rincón de mi habitación, como si fuera las más oscuras de las tinieblas, como si se tratase de los más oscuros sentimientos, sostengo la nota imaginandome el contexto una y otra vez. Pensando en que podría ser un sueño, uno muy profundo y que falte poco por despertar.

Pero recuerdo que estoy en mi más trágica y fuerte realidad.

La situación me supera y no tengo idea de lo que pueda hacer, o quizás nunca la he tenido y tampoco la tendré.

Necesito una pista, algo que me lleve a donde esa persona, la mínima cosa para acabarlo todo. Pensar que en cualquier momento podrían hacerle daño a mi familia, a Jack e incluso a mi misma, a eso, yo lo llamaría tortura.

La ansiedad me calcome por dentro al no tener mando en que hacer o pensar. La preocupación y tristeza se apoderan de mis débiles sentimientos.

El miedo coge el juego en sus manos.

Miles de veces he pensado en que debería de contarle a alguien de mi más alta confianza, pero el temor de que algo pudiera llegarles a pasar aumenta.

Cleo.

Claro, Cleo.

Definitivamente tengo que hablar con ella, es a una de las personas en quién más confianza tengo y está por seguro que sola no puedo contra esto.

También me gustaría contarle a Jack, pero lo pondría en peligro y eso obviamente no quiero que llegue a pasar.

Nunca.

Llamaré a Cloe.

Después de llamarla por teléfono y explicarle que era un tema muy importante esta sin pensárselo vino inmediatamente.

Desde pequeñas hemos estado la una para la otra sin importar lo que fuera. Recuerdo una vez cuándo teníamos 7 años, un chico se acercó y tuvo el detalle de regalarle una rosa, heramos muy pequeñas por lo que no recuerdo con exactitud, solo que sin pensárselo tomo la rosa, la pasó por sus fosas nasales y luego la arrojó a un cesto de basura, sin importar los sentimientos y detalle del chico, a lo que este se fue cabizbajo y supongo que el corazón hecho pedazos.

Entra a mi habitación y yo desde abajo la veo, esta no se demora en llegar a mi y comienza a llenarme de preguntas.

-Anni, ¿qué pasa?, ¿qué haces aquí? -esta toca mi rostro y levanta mi cabeza. Acaricia mi mejilla.

Cleo se encuentra de rodillas mientras intenta descifrar lo que me sucede.

-Te necesito, -la miro con los ojos llenos de lágrimas. Cloe pone cara de susto y sus ojos no tardan en humedecerse.

-Aquí estoy, tranquila, -toma de mi para moverme hacia ella y acariciame. Masajea mi pelo lentamente.

Se recuesta en la pared sentada en el suelo, yo me encuetro undida en su pecho. Puedo sentir sus latidos.

-No te vayas, -mis sollozos son más fuertes y las lágrimas caen como una fuerte lluvia. Me encuetro desconsolada.

-Shuuu shuu, -hace ese gesto para que deje de hablar y que sólo me sienta concentida por ella. Posiciona su cabeza encima de la mía. -Nada te pasará, aquí estoy, -lágrimas caen de sus ojos mientras intenta ser fuerte ante mi figura.

Mi mejor amiga estuvo todo el tiempo necesario para que me calmara, seco lágrima tras lágrima y me abrazo sin soltarme un momento, todo como desde niñas, recuerdo cuándo caí en el suelo y me vire un tobillo, nunca se separó de mi, ni para buscar ayuda, solo prefirió abrazarme hasta que nuestros padres aparecieron y nos llevaron.

Bajo Su EncantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora