Capítulo 2

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Plaf.

Gotas de agua caen sobre mi empapándome las piernas, alguien saca su cabeza fuera y distingo su cabello negro flotando sobre el agua de la piscina.

-Ten más cuidado Cloe -le grito alterada.

-Lo siento -dice antes de nadar.

Después que la atrapara cuando se había terminado mi pote de Nutella y me prometiera remplazar el viejo con uno nuevo llegó el fin de semana. Los padres de Cloe hablaron con los míos y como ella dijo no hubo problemas en que mis padres accedieran a dejarnos pasar el fin de semana.

Esta noche tendremos una cena en el restaurante del hotel, donde los padres de mi amiga harán negocios con un nuevo inversionista.

-¡Annie!, ven.

-Sabes que no puedo -digo un poco avergonzada.

-No pasa nada, puedo enseñarte a nadar.

-Okay, pero ten mucho cuidado.

La miro mientras la apunto con mi dedo de manera acusadora, la conozco lo suficiente como para saber que podría soltarme en algún momento.

Me paro de la tumbona y me quito el pareo, traigo un bikini rosado de tiras, en la parte superior a cada lado hay dos ojos y uno de estos guiñando, me pareció bonito cuando lo vi en el escaparate de la tienda, exhibido por uno de los maniquís.

Bajo las escaleras, hasta que el agua rodea mi cintura, Cloe no mentía, con este sol un chapuzón no le viene mal a nadie.

-Lista.

-Lista, aunque -la vuelvo a apuntar con mi dedo mientras le doy una mirada de advertencia.

-Pinky promiss my friend.

Río por sus ocurrencias.

Nos pasamos casi toda la tarde tratando de que aprendiera de una maldita vez a nadar, tengo 18 años y en todo este tiempo no he logrado aprender, Cloe me indicaba la manera correcta de mover  los brazos y como sincronizarlos con los movimientos de los pies, fue un duro trabajo, por lo que otra vez más fue un fracaso, no aprendí y terminamos bebiendo un par de copas.

Llegando la noche ambas nos encontrábamos en nuestra suite compartida, la habitación es realmente espaciosa, pintada de color crema, muebles de mismo color, las cortinas de la habitación ondeaban a causa del viento que entraba por las grandes ventanas provinientes del balcón, el cual contaba con hermosas vistas hacia la playa, perfecto para presenciar un atardecer, la cama espaciosa, cabrían tres personas en ella y contaba con un colchón realmente suave.

-Si no te bañas ahora, no llegaremos a tiempo y tu sueles pensar que estás dando un concierto -le digo algo geniosa.

Me ignora olímpicamente y sigue entretenida con su teléfono. Le envío un mensaje remarcando la palabra "AHORA"

-Amargada. Ya me voy a duchar -habla mi amiga dirigiéndose con su ropa en mano hacia el baño.

La cena es a las ocho, el reloj en mi mano marca las seis aún tenemos tiempo, pero ella no tiene porqué saberlo.

                               ***

El camarero sirve agua en mi copa antes de retirarse, después de que Cloe saliese del baño, nos vestimos adecuadamente para la ocación.

La pelinegra a mi lado optó por un vestido azul turquesa, un poco más arriba de la rodilla, con un escote en forma de corazón, un maquillaje sutil, pero remarcando sus labios con rojo.

Por mi parte llevo un vestido rojo, mi pelo cae suelto sobre mis hombros, mi maquillaje consiste en un poco de rímel, un deliniado perfecto, rubor y un poco de brillo para resaltar mis labios.

Bajo Su EncantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora