Capítulo 7

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Al llegar a la mansión donde se habían acogido los Evans por el corto período de tiempo que se encontrarían en la ciudad, Tyler estaciona la camioneta en el parking de la casa, este sale del asiento piloto y abre una de las puertas traseras para tomar a la chica entre sus brazos con cuidado de no ser visto a lo último de la mansión.

-Ya eres mía, toda mía, -este dice mirando a la chica inconsciente.

-Está vez no tendrás escapatoria, - se inclina para besarle suavemente el cuello, por lo que se aprovecha de su inconsciencia.

Saca a la chica del auto, todos en la casa duermen debido a que ya eran altas horas de la madrugada, debería estar rodando las 3:00 o casi 4:00, abre cada puerta con cuidado de no dejar rastro y no ser visto por algún par de ojos curiosos, no le importaba que alguien del servicio llegase a descubrirlo pero no quería tener que ensuciar sus manos de tierra al esconder el cuerpo por alguna parte del jardín, este llega a unos de los lugares más profundos y escondidos de la casa, abre una puerta y comienza a bajar las escaleras en dirección al frío y polvoriento sótano, al llegar al fondo tira de un pequeño hilo prendiendo la luz, el lugar era devastador, habían toda clase y especies de bichos en las paredes, cajas y estantes, estos últimos completamente cubiertos por el polvo de los años que debió estarlo acumulando, ratas corriendo por los rincones, las ventanas, si es que así se podían llamar, quedaban en lo alto de la pared, tapadas con barrotes de metal firme y sólido.

Unas de las paredes del sótano estaba cubiertas de fotografías e hilos rojos, como si uniera las piezas que necesitaba para resolver un caso policial, pero esto no era para nada así, era enfermo y retorcido, cavilaciones oscuras de una mente podrida y perversa, datos de la muchacha que se encontraba inconsciente, el chico tenía casi toda la información de Anna, desde lo más pequeño e irrelevante, hasta el secreto más escurridizo, sus deseos se volvieron algo obsesivos, estaba verdaderamente loco.

Deposita a la chica en el suelo, toma un par de cadenas y las ata a las manos de esta asegurándose que estén bien sujetas para que no haya la posibilidad de que se desate. Acaricia unos mechones de su pelo que cubrían el rostro de Anna, este la miraba de una manera muy deseosa y furtiva, pensaba que era una muñeca de porcelana, sus mejillas blancas sonrojadas por el frío que emanaban las paredes, sus pómulos abultados, sus pestañas y cejas pobladas, se quedó un rato más apreciando el contorno y color de sus labios, le apetecía tanto probarlo, y varias veces estuvo tentado a hacerlo, pero aún así se contuvo, no quería violar más cosas por esa noche, esperaría un poco más.

Dando a entender que no aguantaba un día más sin estar cerca de ella.

Se levanta del suelo y se dirige a su habitación, retira cada prenda que cubría su rostro mientras se miraba en el espejo, su mirada era peligrosa y tenebrosa, da miedo pensar lo que este demente puede llegar a hacerle a la chica.

Todo por un baile, por un club, por una copa, por una noche, algo totalmente injusto. Ahora, solo queda esperar, el tiempo dirá que pasará.

                               ***

En otra parte, no muy lejos de allí, se encontraba Cloe muy preocupada. Casi perdiendo la cabeza porque no encuentra a nadie cuerdo en ese club para poder pedirle ayuda, se tropieza con Jack, no de mucha confianza pero es un chico bastante serio, ella sabía de los intereses y sentimiento de su amiga cada vez que ambos cruzaban una mirada, ella no le había dicho nada a Anna porque esperaba el momento en que está quisiera decírselo.

Así que sin detenerse ni un minuto más Cloe se le acerca.

-Jack!, -a la chica se le notaba muy nerviosa al hablar, Jack pudo notar eso y le responde.

Bajo Su EncantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora