Moon!

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Todas las noches, Katsuki se veía envuelto en sueños que, con el paso del tiempo, para él se convirtieron en pesadillas.

Los sueños se percibían tan reales que, por momentos, creía que no se trataba de un sueño sino de la realidad. En aquellos, podía percibir la brisa del mar tocando su piel, el viento agitando su cabello, el frío de la noche impactando su piel, pues en estas ensoñaciones siempre era de noche; y por supuesto, a su lado se encontraba la única persona que amó en su vida y, a la cual le arrebataron.

El destino les había arrebatado todo con lo cual habían soñado, al igual que le arrebataron la vida a su único amor: Izuku.

Todo había pasado demasiado rápido, un maldito accidente automovilístico, y todo por un conductor en estado de ebriedad; el responsable afortunadamente pagó las consecuencias, pero eso no lo traía de vuelta.

Así que con el tiempo, Katsuki comenzó a experimentar esas ensoñaciones, en las cuales se encontraba con Izuku a su lado en las orillas del mar; el mar en el cual se conocieron. A veces cruzaban palabras y en otras no decían nada, aunque Katsuki quisiera decir algo, sus palabras no podían ser pronunciadas; se quedaban estancadas en su garganta causando un dolor agudo, por el cual se dejaba derrotar y solo se destinaba a observar el paisaje así como también a contemplarlo a él.

Aunque después de un tiempo, aquello se convirtió en pesadillas para él, por el simple hecho de que al despertar la realidad lo recibía con un golpe en el cual le recordaban que su amado ya no estaba a su lado. Odiaba aquella sensación en su pecho y el despertarse con lágrimas en sus ojos. El suave tacto con el que Izuku tomaba sus manos y besaba sus labios aún podía percibirlos en su piel al despertar y aún más cuando el aroma de Izuku todavía se podía apreciar en las sábanas; a las cuales se habían grabado como si de un tatuaje se tratara.

Aun así, amaba soñar con él. Pues aunque fuera doloroso, era la única manera en la que podía verlo de nuevo.

Entonces una noche todo fue diferente, se encontraban en el mismo escenario de siempre; ellos sentados a la orilla del mar. Pero ahora Izuku se había levantado de su lado.

— Kacchan, sígueme. — ordenó dulcemente.

Katsuki obedeció y comenzó a caminar detrás de él.

— Hay algo que quiero decirte.

— Dime. — habló con dificultad, aún le dolía pronunciar las palabras.

— Debes dejarme ir. — expresó volviendo, dejando de darle la espalda y mirándolo a los ojos.

— ¿Eh?.

» Mierda. « pensó, recordando que se trataba de un sueño.

Había veces en las cuales no recordaba que se trataba de un sueño, hasta que despertaba. Pero este no era el caso, en ese momento estaba totalmente cuerdo, así que sabía que se trataba de esos sueños conocidos como: sueños lúcidos.

— ¿Por qué?. — cuestionó con el dolor en su garganta aún.

— Necesitas dejarme ir. — insistió. — Estás haciéndote daño a ti mismo. ¿Sabes?, estos sueños son causados por ti mismo. — explicó. — Tu deseo de volverme a ver hace que tu subconsciente cree estas ilusiones, pero, debes parar ya. Te lo suplico.

— No puedo. Te necesito, necesito que estés a mi lado, necesito sentirte de nuevo. — explicó, aún cuando sentía su garganta desgarrarse. — Necesito al amor de mi vida, no habrá otra persona que ame como te amo a ti.

— ¿De verdad?. — cuestionó, con una sonrisa en su rostro.

— Sí. — respondió sin dudarlo.

— Entonces, ¿Vendrías conmigo?.

— ¿Ir a dónde?. — lo miró confundido.

— A un lugar donde solo estemos nosotros dos, donde sí logremos cumplir nuestras metas. Un lugar donde nuestro amor perdure para siempre y, podamos ser felices, sin ninguna interrupción.

— ¿Eso es posible?.

» El dolor, ¿Se ha ido?. « se cuestionó a sí mismo, no se percató del momento en el que el dolor había desaparecido.

— Sí, solo necesitas tomar mi mano. — habló mientras le extendía su mano.

Katsuki la tomó sin dudarlo, esta vez el toque era demasiado cálido, se sentía tan real.

— Kacchan, ¿Dejarías todo atrás?. — cuestionó.

— Absolutamente, con tal de permanecer a tu lado.

Katsuki afirmó su agarre e Izuku comenzó a guiarlo, caminaban juntos tomados de la mano a las orillas del mar, bajo la luz de la luna, la cual brillaba más que antes e iluminaba su camino, la brisa del mar y el viento impactando sus rostros. De pronto, la luna destelló aún más haciendo que todo se volviera de un blanco brillante y enfrente de ellos apareció un hermoso campo de flores, una pequeña casa en medio de aquel campo mientras que el cielo se encontraba pintado de un lindo color azul. Ambos no podían estar más felices, aquello era todo con lo que habían soñado.

°

— ¡Necesito 100 vatios de desfibrilación!. — giraba aquel doctor desesperado.

— ¡Listos para la desfibrilación!. — anunció la enfermera.

— Tres, dos, uno. ¡Descarga!

— ¡Sin respuesta, doctor!.

Después de varios minutos de esfuerzo, el monitor nunca mostró aquella línea que demostraba que el ritmo cardíaco se encontraba estable. Katsuki había decesado.

— Lo hemos perdido. — afirmaron.

—💌: Lyra.

🔺️Ilustración utilizada.
X:chissanokayo

One Shots y Drabbles • Bakudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora