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Otro nuevo día está a punto de comenzar y el día amaneció un poco nublado pero la ojiazul duda mucho que hoy llueva, además era domingo y no tenía nada que hacer así que su madre aprovecho eso y la mando a realizar las compras de la semana, está vez decidió no llevar el paraguas con ella, no podía tener tanta mala suerte en su vida, - ¿Cierto?.

Y si, al estar lejos ya de su casa, estaba a cuatro cuadras para llegar al supermercado y siente unas pequeñas gotas de agua caer por su rostro y no le queda más que ir corriendo para llegar más rápido al super y no terminar mojando toda su ropa, al menos no tanto.

La lluvia se intensificó con cada segundo, las.copiosas gotas se estrellaban contra el suelo de las calles y los charcos comenzaron a agrandarse entre las baldosas mal colocadas del camino, los árboles se despedían de sus hojas que caían de lleno por la intensidad y fuerza del clima, el aroma a tierra mojada se acentúo, cada tanto, algunas parejas pasaban por el sendero esquivando las pozas de agua y las ramas crecientes de los árboles con paraguas en mano, acurrucándose del frío.

También pasaba algún que otro perro buscando refugio.

La lluvia provocaba un efecto de huida en todos, pero Emma aún quería llegar a su destino, no todo iba a ser en vano, total ya tenía toda la ropa mojada.

Todo transcurrió lento; sintió la fría mano de una persona tomando la suya y obligándola a agarrar el hierro del paraguas que también la cubría.

Un ángel guardián se apiadó de la chica bajo la lluvia compartiendo su paraguas, al descubrir quién era, quedó totalmente sorprendida, no esperaba verla y menos en esas condiciones.

- Hola..., al parecer siempre estaré destinada a salvarte en medio de la lluvia - dijo la ojicafe regalandole una sonrisa - Pero no me desagrada para nada, me siento algo satisfecha.

- ¿Que haces tú aquí?, además estoy segura de que solo lo haces porque soy la novia de tu mejor amigo - hablo la ojiazul sin mirarle el rostro, estaba evitandola, se sentía muy confundida.

- Auch, eso dolió - respondió Jenna buscando la mirada de la ojiazul pues presentía estar evadiendola - Y... ¿A dónde te diriges y con este clima? - terminó de decir.

- Al supermercado Jenna, ¿A dónde más crees que iría?, quiero llegar lo más antes posible y no puedo porque estoy conversando contigo en medio de la calle - las palabras de Emma fueron muy frías y sonaba muy distante, quería matarse en eso momento, estaba comportándose como una "idiota", cuando Jenna solo ha tratado de ayudarla.

Pero su molestia tenía motivos, nadie podía criticarla o darle la contra, pues resulta que el día de ayer Jenna la invitó a pasar un momento al lado de ella y su hermana, hasta se podía decir que se arregló para ella, pues al final llegó un chico que totalmente desconocía para arruinarles el plan, solo se la llevó sin explicación alguna.

El chico era muy atractivo, solo esperaba que no fuera un novio o pretendiente de la ojicafe.... ¡ Y no era celos!.

- ¿Asi me tratas después de lo que hago por ti?, muy mal genio, alguien debería enseñarte modales - dijo la ojicafe así sin más, le hablaba cómo si nada después de haberla dejado plantada.

- Tú no haces nada por mi Jenna - Emma esperó su respuesta, una que nunca llego, le echó una mirada rápida y vió que tenia el ceño fruncido, algo extraño.

No es extraño, hirió sus sentimientos.

¡Oh cierra la boca, eso no pudo herirla, pero sigue siendo una persona con sentimientos!, su conciencia no la dejaba en paz pero tenía razón, el sentimiento de culpa se acentuó en alguna parte de ella.

𝗚𝗼𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗔𝗺𝗼𝗿 / ᴶᵉᵐᵐᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora