𝟐𝟓

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—Eres demasiado bipolar. —susurro aún con los ojos cerrados.

—¿Bipolar?—despega su frente de la mía y eso me hace mirarla— Creo que la bipolar es otra.

—Soy indecisa. —especifico—Pero de las dos tú eres la bipolar —le aseguro recargándome contra su pecho, ríe levemente, y eso me calienta el corazón.

—Dame un buen motivo.

—Ahora que analizo nuestra conversación—me separo, aunque no me apetezca, para mirarla— Decías cosas y que contradecías después con otras palabras, como el hecho de que te herí, para después decir que nada fue real y..

—Ya entendí —me corta con voz arisca— No es necesario que sigas.

—Debo explicártelo claramente. Si no lo hago, no reconocerás tu bipolaridad.

—Fue suficiente ojitos lindos.— olvide cualquier otra cosa de apelación cuando escuche ese apodo, me mordí el labio intentando reprimir mi sonrisa, pero al final fue inevitable.

Jenna me sonrió cálidamente, no había más rastro de esa sonrisa maliciosa o socarrona.

Esta vez era real, no falsas como las que había recibido de su parte útimamente, volvio a atraerme hacia si mismo, como si la distancia fuera algo que a ninguna de las dos le apetecia. Pase mis brazos por sus costados hasta unir mis manos por detrás y me recargue de nueva cuenta en su pecho, abrazándola con fuerza.

Ella hizo lo mismo, solo que sobre mis hombros, recargando su cabeza sobre la mía.

Extrañaba tanto estar en esta posición con ella,  parecía que las cosas estaban solucionadas, pero aun necesitábamos hablar y temía que sino lo hacíamos, las cosas se complicarían de nueva cuenta más adelante.

—Tenemos más cosas de las cuales debemos hablar —susurro sin soltarla.

—Si—murmura distraída.

Me sujeta de los hombros y me aparta de ella, la acción me asusto antes de calmarme cuando sujeto mi mano y me guió hacia la sala.

Nos sentamos en el mismo sillón, aun sin soltarnos las manos y nos acomodamos lo mejor posible para la gran conversación que venía.

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—Te extrañe —susurra casi en silencio, que creí imaginármelo. No fue hasta que levante la cabeza de su hombro y vi en sus ojos que lo decía enserio.

—Y yo a ti.—  su pecho se infla de aire antes de volverme a atraer hacia ella, me acomodo mejor sobre su pecho, para quedar en el punto exacto donde podía escuchar sus latidos calmados.

Permanecimos así varios minutos que me parecieron eternos, pero no me importo al estar en buenas condiciones, aún teníamos cosas de que hablar pues, desde que nos sentamos en la sala, nos mantuvimos en silencio, pero en uno reconfortable al estar en sus brazos.

Ambas parecíamos tener la misma idea de descansar un poco de eso antes del resto de la conversación, sin embargo, ya había pasado el tiempo suficiente.

—Fui una imbécil. —rompe el silencio.

—Totalmente de acuerdo.

—No debí hacer lo que hice, ni decir lo que dije.— hago un sonido con la garganta dándole la razón.— Pero estaba celosa.

—Y yo también estaba celosa al verte con Evans — en cierto punto llegamos a estar recostadas en el sillón, perfectamente cabíamos las dos.— Espero no verte con ese chico otra vez.

—Y yo espero que esta vez sí termines las cosas con Georgie. —dice recelosa, al estar tan cerca de su cuerpo pude notar que seguía tensándose.

—Eso hare —le aseguro buscando su mirada —Pero al igual que antes, solo te pido que me dejes decírselo yo. Él ya se hace una idea de que algo no anda bien, así que no será tan complicado romper nuestra relación.

𝗚𝗼𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗔𝗺𝗼𝗿 / ᴶᵉᵐᵐᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora