𝟐𝟒

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Jenna abrió los ojos lentamente, sintiendo la suavidad de las sábanas bajo su cuerpo,  estaba en una cama matrimonial, rodeada de almohadas y una colcha blanca y suave, miró a su alrededor, tratando de recordar dónde estaba.

De repente, vio a Emma dormida a su lado, con una sonrisa en su rostro, la ojicafe se sintió abrumada por la emoción. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba en una cama matrimonial con Emma?

Se levantó lentamente, sin querer despertar a la ojiazul, miró alrededor de la habitación y vio que era un cuarto matrimonial hermoso, con una ventana grande que dejaba entrar la luz del sol.

Al bajar los escalones, se encontró con una escena que menos esperaba, había una niña de dos años jugando en el suelo, con un cabello castaño y ojos azules, la niña miró a Jenna y sonrió.

—Mamá, —dijo, extendiendo sus brazos.

Jenna se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. "¿Mamá?", repitió, sin poder creer lo que estaba viendo.

—Si, tú eres mamá— respondió la pequeña con una sonrisa.

—¡KAIA!.— escuchó unos gritos que venían de la cocina, apareció una mujer mayor, la ojicafe le cálculo unos 37 años, al ver a la pequeña en brazos de Jenna sonrió y se acercó a ellas.— Buenos días señora Ortega.

—¿Señora?— pregunto algo confundida.

—Usted...¿Se encuentra bien?— hablo con preocupación la mujer.

—Si..,— respondió algo cortante — supongo que estoy algo cansada.

—Me lo imagino señora Jenna, no es fácil ser dueña de los mejores estudios de fotografía en todo mundo — y la ojicafe a abrió los ojos con sorpresa.

—Bueno..., Kaia es hora de tomar desayuno.— la niña bajó de los brazos de Jenna y tomó la mano de la señora mayor, lo que suponía que era la nana.

—¿Trabajas aquí?— preguntó Jenna antes de que la señora se retirara con su hija en brazos.

—Si..., la señora Emma fue quien me contrato, estoy aquí para ayudarlas con la pequeña Kaia ahora que usted se encuentra otra vez en la dulce espera.— y ahí otra vez Jenna sintió como otro balde de agua  muy fría caía encima de ella.

—¡Chau mamá!— exclamó la pequeña antes de retirarse con la nana.

Jenna aún confundida, se acercó a ella y la tomó en brazos.— Te amo mucho Kaia, mi pequeña Pequitas.

—Yo a ti, Pequitas— la niña felíz besó una de las mejillas de su mamá.

Todo era muy confuso pero lo que la ojicafe podía afirmar es que lo que acababa de suceder era muy cercano a la felicidad.

Pero de repente una voz que conocía perfectamente resonaba en su cabeza.— Jenna, despierta. Es hora de levantarse.

La ojicafe se despertó, sintiendo una mezcla de emociones, de sentó en la cama, mirando a su alrededor, y se dio cuenta de que había sido solo un sueño, muy lindo para ser verdad, pero la sensación de felicidad y plenitud persistía.

—Ya son las nueve de la mañana mi niña, ya es muy tarde para ir a la universidad, no crees.— la riño su nana.

—Perdón, la alarma no sonó — mintió.

—Ajá..., Aliyah me dijo que escuchó muchas veces sonar tú alarma pero tú no despertabas ¿Quedaste tan tarde resolviendo tareas?

—Igual hoy no iré, tengo unas cosas que solucionar nana — se levantó de su cama y antes de meterse al baño beso en la frente a su nana. —¿Que te parece el nombre "Kaia"?

𝗚𝗼𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗔𝗺𝗼𝗿 / ᴶᵉᵐᵐᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora