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Jenna la envolvió con sus brazos desde atrás, el calor que irradiaba su cuerpo la envolvió por completo.

Con ella se sentia tan bien... pero no era lo correcto.

No podemos hacer esto—por más que lo deseaba no podia y menos con ella.

Claro que podemos sólo hay que arriesgarnos-volvió a negar.—Eres su mejor amiga y yo su novia.

Aunque le duela en el alma era lo mejor, ¿no?

Hace tiempo eso dejo de importar ojitos lindos—como le gustaba que la llamara ojitos lindos.

No se, Jenna—la idea era tan buena pero algo seguía impidieonle.

Ojitos lindos—la giro por la cintura para que quedara frente a ella, envolvió su cintura por completo con sus brazos—Eres mis ojitos lindos, y creeme que no quiero nada más que estar solo contigo.

Yo también quiero eso—aquellas palabras se sintieron pesadas, pero la sensación era contradictoria, porque también sentía liberación al decírselas.

Entonces, hagámoslo—Emma la miro directo a los ojos, su lindo color de ojos cafés que parecían ver a través de ella y que le provocaban tantas cosas dentro.

¿Quería esto? Si ¿Estaba 100% segura de que no se arrepentiría? No.

Hagámoslo—dijo antes de juntar mis labios con los de Jenna.

Lo primero que la recibió al abrir los ojos fue una completa oscuridad, parpadeó un par de veces para acostumbrarme a la escasa luz nocturna que se colaba por las hendiduras de la cortina.

¿Ella acaba de...?

Si Emma, acababa de soñar con Jenna, la persona más hermosa que había conocido.

¡Ay Dios mío!

Se sentó en la cama, recargando su espalda en el cabecero, no lo podía creer, no podía soñar esas cosas, debería pero que la persona fuera Georgie, no Jenna.

¡Hola Emmy!—y de la nada o por obra del destino apareció Joy Sunday en su habitación con una sonrisa, Emma la miró algo confundida.—Por si te lo preguntas, Isa me dejó entrar, dormilona.

Me tomaste por sorpresa—se levanto de la cama para sentarse en uno de los sillones que tenía en su habitación, aún tenía la pijama puesta y el cabello un poco despeinado.

¿Qué tal las cosas con Georgie?—preguntó Joy mientras se sentaba a lado de la ojiazul—Bien, no hemos hablado mucho por teléfono desde que se fue pero nos mandamos mensajes.—hace dos semanas y media que Georgie había salido de LA en dirección a Miami y la ojiazul lo extrañaba un poco, además su rutina había cambiado, pues tenía que levantarme más temprano para llegar a clases a tiempo.

Y con Jenna?—preguntó haciéndose la indiferente.

No empieces con eso otra vez.

Solo tengo curiosidad.

Bien, pues con Jenna, nada—marco con fuerza la última palabra—Ella debe estar muy ocupada con Evans, ese idiota ya parece moco, siempre esta detrás de ella y Jenna siempre lo recibe con una sonrisa.

—¡Emma!, ¿Acaso...., estás celosa?—preguntó la morena divertida y la ojiazul la miró mal para que cerrara la boca—Yo no siento nada por Jenna, absolutamente NADA, deberías metertelo bien en la cabeza.

𝗚𝗼𝘁𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗔𝗺𝗼𝗿 / ᴶᵉᵐᵐᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora