Irinn Montclair
30 de septiembre, de 2023Estoy frente a mi tocador, observando las pequeñas arrugas que se forman en mi rostro, dándole un aire de vejez, todo lo contrario al lindísimo brillo juvenil que poseía mi mamá a pesar de sus años; cualquiera que la viera diría que lucimos cómo el agua y el aceite, y no está muy lejos de ser así en cuerpo y mente. En su momento, ambas tuvimos el mismo espíritu de benevolencia dentro nuestro, y muchas ganas de seguir viviendo a pesar de nuestra poca fortuna. Ahora, más de veinte años después, no he dado lugar en mi vida a nada que tenga que ver con ella. Todas sus fotos están ocultas, y cualquier imagen de ella que se me venga a la memoria es rápidamente eclipsada intencionalmente por los pensamientos acerca de mi vida, que es algo que me inunda la cabeza día tras día.
Después del accidente, mi vida ha estado llena de riquezas, pero mi corazón está completamente vacío. Veo a mi hija Antonella cada día practicando ballet, pero simplemente siento que no es suficientemente buena, simplemente sé que yo lo hubiera hecho mil veces mejor.
Aveces, cuando todo está en calma, me pregunto si estoy haciendo lo correcto. Me pregunto si realmente estoy imponiendo mis sueños no realizados sobre sus hombros. Pero entonces la veo bailar, veo la fuerza en cada uno de sus movimientos, y me conveso de que estoy ayudándola a alcanzar su máximo potencial, y me decepciono profundamente cuando no la veo esforzándose al cien por ciento.
Hoy por la tarde, iré a ver su recital, esperando que por una vez haga algo que me haga sentir completa, y que yo ya no tenga que estar callando mis demonios internos con pastillas.
En cuanto a mi marido Shebh, él es un buen hombre. Trabaja todos los días en la empresa que heredó de sus padres vendiendo acciones. Nunca peleamos. De hecho no suelo hablar mucho con él, exceptuando las veces que cedo a sus vagos intentos por tener química conmigo. La única razón de nuestros desacuerdos es en la forma de criar a Antonella: él quiere que en un futuro ella herede la empresa, y yo no estoy en contra, a lo que si me opongo es a sus peticiones de que la aleje del ballet para que se concentre en aprender acerca de cómo funciona el mundo de los negocios, porque no entiende que eso es lo último que me queda de mi gran pasión, de lo que en algún momento fue mi vida y toda mi alegría.
Sumergida por completo en mis pensamientos, no me percato de mi esposo que recién llegó a casa, listo para descansar un poco y posteriormente alistarse.
-¿Qué piensas, cariño? -Dice mientras masajea mis hombros desde atrás.
-No pienso nada, solo estoy viéndome en el espejo. -Respondo dandole una ligera y falsa sonrisa cómo forma rápida de olvidarme de los temas que invaden mi conciencia.
-Viendo lo hermosa que eres. -Habla al mismo tiempo que baja un poco el torso, para darme un tierno beso en la mejilla.
Yo solo suelto una pequeña risilla mientras tomo cosas del tocador y fingo ordenarlas, solo para no quedarme sin hacer nada. Y de un momento a otro, se oye un ruido fuerte, -similar al de aquel veinticinco de diciembre- que me hace estremecer. Se escuchan gritos, y pronto ambos nos miramos sabiendo que algo no está bien.
-Espera aquí. -Dice Shebh, para salir a verificar el área, pero llega corriendo en cuestión de dos minutos. -Fuego, fuego. -Vocifera entrando en pánico y rápidamente tomándome del brazo para llevarme.
-¿Qué haces? -Replico yo, caminando lo más rápido que puedo por mi cojera.
-Hay que irnos. -Contesta con el mismo tono.
Se pasea por toda la casa, intentando encontrar un lugar de escape, pero a pesar del inmenso tamaño de nuestra casa, el fuego se expande rápido y las llamas flamean a nuestro al rededor, y el humo espeso llena el aire, volviéndolo casi irrespirable. Los ojos me arden, y la garganta se me cierra con cada inhalación. Puedo sentir el calor inmenso que se aproxima, devorando todo a mi paso, y en un parpadeo, nos encontramos en un rincón, casi sin salida.
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Charming Boy • Brady Noon
FanfictionAntonella, inicialmente irritable y poco reflexiva, descubre una nueva perspectiva a través de Brady, que le demuestra cuál es el verdadero sentido de la vida. "Contigo aprendí que el amor no solo se siente, se construye con pequeños detalles y gran...