13.𝐄𝐥 𝐝í𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢ó𝐧

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Brady's Pov
Martes, 24 de octubre, 2023

Me despierto por mi alarma a las 5:00 a.m, a prepararme para un largo día en el set. Anoche me dormí tarde por quedarme en llamada con cierta persona cuyo nombre es Antonella.

Como todos los días, me cuesta pararme de mi cama, pero al final termino haciéndolo. Me dirijo al baño a darme una ducha rápida, cepillarme los dientes, y poco más.

Al ser tan temprano aún no ha salido el sol, y toda mi familia sigue durmiendo, pero se escucha perfectamente el cantar de los pájaros, y ese típico frío de todas las mañanas de otoño cubre toda la casa.

Tengo hambre ahora mismo, pero mis conocimientos culinarios son muy escasos. Entonces solo me limito a prepararme un pan tostado con huevos mientras llega mi transporte hacia el set.

Mientras como en silencio, no puedo evitar pensar en Antonella, en los aruñones que daba en su rostro, en su llanto ahogado y desesperado, en el temblor de su cuerpo... pero tampoco puedo evitar pensar en ese abrazo y lo melancólico que lo sentí, como si con un abrazo ella me hubiera traspasado el dolor de todo una vida.

Mientras me hundo en mis pensamientos y mis divididas opiniones acerca de esa chica, escucho la bocina del autobús en el que pasan por mí todas las mañanas. Rápidamente tomo mi mochila y me apresuro a irme antes de que el chófer pierda la paciencia y despierte a todo el vecindario.

Dentro del vehículo me topo con Christian, y como de costumbre, me siento a su lado. Es increíble la forma en la que a pesar de ser muchos años menor que él, pudimos congeniar a la perfección y hacernos amigos.

—Brady, ¿dónde estuviste ayer por la tarde? —Pregunta él sin rodeos, contrario a como es usualmente; una persona discreta y calmada.

Me sorprende la espontaneidad con la que lo pregunta, pero también me asusta un poco a qué se puede deber esa curiosidad.

—Jugué voleibol en el club, lo mismo de siempre —digo de manera relajada, intentando hacerlo sentir más seguro y, básicamente, tratando de ocultar la verdad de lo que pasó ayer.

Lo miro por un segundo antes de añadir:

—¿Por qué la pregunta?

Él se queda en silencio no por mucho tiempo, pero es suficiente como para que piense que no va a responderme.

—Antonella llegó molesta ayer a casa. —Dice como un padre preocupado. Pero no le puedo decir que pasó. Si le digo, Antonella talvez me odie.

Entonces empiezo a pensar en todas las posibilidades que hay que de gracias a mi silencio, Antonella sufra cosas aún peores de las que su maestro trató de hacerle.

Sin darme cuenta, mi semblante cambia a uno de miedo, miedo por perder la mínima confianza que Antonella ha puesto en mí, pero también por participar indirectamente de actos atroces en contra de ella.

Puedo vivir siendo odiado por ella, pero jamás podré vivir con la culpa de saber que pude haber hecho algo para ayudarla y no lo hice.

Entonces, suelto un suspiro, y hablo.

—Bueno... en realidad sé que le pasó. —Digo rápidamente para no tener tiempo de arrepentirme.

Él inmediatamente dirige su mirada intrigada hacia mí.

—¿Qué? ¿Qué pasó? —Pregunta preocupado.

—Su maestro, Bruce...él trató de tocarla. —Digo con la cabeza abajo, evitando el contacto visual. —Me dijo que no te dijera, pero no me hubiera  perdonado que algo le pase.

Charming Boy • Brady NoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora