Capítulo 11: Yo No Veo El Problema

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Anteriormente...

— Suelta el cuchillo, TN, déjalo en mis manos — Al escucharlo ella soltó el cuchillo lentamente, él lo tomó y lo dejó a un lado para luego abrazarla desde atrás — Calma tu corazón, ya estoy aquí — Colocó una mano en el pecho de ella que latía con rapidez — Calma a nuestro bebé, que se preocupó por ti igual que yo — Colocó su otra mano en el vientre de ella donde se sintió a esa "Pequeña cosa" moverse, ya era costumbre en el grupo de amigos decirle "Nuestro bebé" pues sería el primer bebé en ese cálido grupo, así que todos le decían de ese modo — No vuelvas a preocuparnos así, Tonta — Apoyó su frente en el hombro de ella.

— ¿Cómo es que siempre llegas en el momento indicado? — Preguntó ella volteando para verlo a los ojos, él tomó una de las manos de la joven y la colocó en su pecho que latía desbocado por el susto.

— Mi estúpido órgano bombeador de sangre me dijo que quería verlos... Y tuvo sus razones — Aseguró mirándola a los ojos »


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Narrador Omnisciente

— ¿No puedes dormir? — Preguntó el cenizo atrayéndola hacia él colocando una mano en su pecho y la otra en su abdomen.

— No — Respondió colocando sus manos sobre la que él tenía en su pecho.

— TN — Bakugou la soltó y se sentó en la cama utilizando las almohadas para apoyarse — Ven — Señaló y ella se sentó entre sus piernas dándole la espalda para luego ser rodeada por los fuertes brazos de su esposo.

Esa era la posición en la que siempre se sentía cómoda y protegida.

« — Lo siento, es el embarazo — Dijo sintiendo las lágrimas correr por sus ojos —  No he podido dormir, tengo los pies hinchados y ni siquiera puedo atarme los zapatos yo sola — Pasó sus antebrazos por su rostro tratando de limpiar sus lágrimas — No puedo encontrar comodidad de ninguna forma, sólo quiero acostarme a dormir o sentarme a descansar, pero cuando lo hago el bebé comienza a patear porque está incómodo y yo tengo que levantarme — Explicó ella y el cenizo se acercó a limpiarle lágrimas con sus pulgares.

— Leí que estas cosas podían pasar — Sacó de su bolso una caja de zapatos mostrándole unas zapatillas bajas, no tendría que atarlas, ella las tomó y volvió a llorar — ¿Ahora por qué mierda lloras? — Preguntó confundido.

— ¡Es que tú eres tan amable conmigo y yo ni siquiera puedo ofrecerte algo de comer! — Rompió en llanto de nuevo — ¡Eres tan lindo por preocuparte por nosotros y estoy agradecida, pero ni siquiera puedo sonreír! — Al escucharla el cenizo dió un toque en su frente y ella se calló mientras seguía sollozando.

— Respira — Ella siguió el ritmo de su respiración calmándose un poco — Ven, te llevaré a dormir — Tomó su mano y la llevó a su habitación, era pequeña, pero tenía una cama tan solo un poco más grande que una individual.

— Te dije que no puedo dormir —  Mencionó ella mientras él acomodaba las almohadas.

— También me informé sobre eso — Él se sentó en la cama quedando recostado sobre las almohadas — Ven — Palmeó el espacio entre sus piernas, ella pareció dudosa — Te ayudaré a dormir, ven, Tonta — Ordenó, ella estaba tan cansada que sólo obedeció, se sentó entre sus piernas dándole la espalda.

— Bebé — Se quejó cuando este se movió insistentemente.

Bakugou la abrazó desde la espalda haciendo que se recostara sobre su pecho.

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