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Bin comenzó a despertar totalmente desorientado, tratando de adaptarse a la iluminación de la habitación y agudizando sus sentidos, descifrando que se encontraba en una habitación de hospital. Cables se conectaban desde sus brazos y pecho, el pitido del monitor a un costado suyo le estaba dando una leve punzada en sus sienes, deseando que se detuviera.

Su garganta se sentía demasiado áspera, aclarándose para poder hablar, girando su rostro a todos lados en busca de alguien, pero se percató que se encontraba solo. Trató de incorporarse sobre la cama, en ello la puerta fue abierta y un hombre de mediana edad entró, luciendo preocupado.

—Señor Moon, por fin despertó.—Su voz parecía un tono aliviado, acercándose rápidamente.—¿Cómo se siente? ¿Siente algún dolor?

—¿Por qué estoy aquí?—Cuestionó directamente, frunciendo la frente.

—Hace tres días lo encontró uno de nuestros enfermeros desmayado en el área de neonatos, no reaccionaba y decidimos internarlo mientras lograba recuperarse.

—¿Tres días?

El doctor asintió.—Señor, ¿Cuándo fue la última vez que durmió bien? ¿Cuándo fue su última comida? ¿Sabe cuán descuidado está su cuerpo en estos momentos? Su salud está corriendo peligro, está dejando a un lado sus necesidades y no está atendiendo como se debe, simplemente lo está ignorando.

El alfa se sintió regañado, bajando la mirada mientras escuchaba todo lo que el doctor le decía con respecto a su salud, inclusive sintiéndose culpable. Era consciente de lo descuidado que estaba siendo consigo mismo, como estaba dejando sus necesidades a un lado por el simple hecho de que no tenía cabeza en otro lugar que no fuera entre su tristeza y su cachorro, en ocasiones perdía la noción del tiempo, sino fuera por el enfermero que lo mandaba a comer algo probablemente se la pasaría a lado del cunero día y noche sin importar nada.

—Señor, si me permite opinar, usted necesita ayuda de manera urgente. Podríamos canalizarlo a uno de nuestros especialistas, comprendiendo su situación tuvimos que haberlo hecho desde el principio, nos disculpamos por nuestra negligencia en sugerirle ello. Es muy importante que esté bien, nos preocupa realmente su salud y su condición, solo queremos ayudarlo tanto como está en nuestras manos hacerlo.

—¿Dónde está mi cachorro? Quiero verlo.—Se limitó a decir, enfocando su mirada al final de la cama.

—Preguntaré si es posible que lo puedan traer, cualquier cosa le avisaré.—Decidiendo que era momento de irse, se alejó un par de pasos antes de girarse nuevamente.—Por favor, considere mis palabras, estaré atento a lo que diga.

El pelinegro simplemente asintió, girando su rostro a la ventana. Sabía que las palabras del doctor eran acertadas, sabía que necesitaba ayuda y aplazarlo solo empeorarían las cosas, pero una parte suya temía asistir por ayuda, hablar y sacar todo lo que en sus pensamientos atormentaban, el miedo a hablar persistía ahí. Además, la sensación de estar solo no desaparecía, sabía que posiblemente le habrían notificado a sus familiares sobre su condición, no queriendo preocuparlos más de lo que ya lo había hecho.

Soltando un suspiro, cerró los ojos en busca de aclarar sus pensamientos, no serviría de nada solamente estresarse mientras estuviera en esa habitación, solo quedaba esperar que lo dejaran salir de ahí, o por lo menos ver a su cachorro.

Pero su paz fue interrumpida cuando la puerta fue tocada, para luego abrirse en una pequeña abertura y un par de ojos marrones se asomaron, reconociéndolos de manera inmediata.

—Hyung.—Susurró con sorpresa, tratando de sentarse rápidamente.

—Bin, hey.—La voz de Jinwoo sonó por toda la habitación, entrando por completo.

—¿Qué hace aquí? Pensé que se encontraba en el extranjero.

—Vine tan rápido como el hospital me informó de que estabas internado, aunque el vuelo duro demasiado y tuve que llegar a mi casa para dejar mis maletas, pero ya estoy aquí.—Sonrió, pero Bin presintió que no era sincero, había algo más ahí.—¿Cómo estás?

—Estoy viviendo, eso es todo.—Contestó, apartando la mirada.—Ir al extranjero le sentó bien, ese look le queda muy bien.

Jinwoo soltó una carcajada, negando.—No es nada, sigo igual de siempre.

Se quedaron en silencio por un par de minutos, haciendo de su visita tan incómoda que el pelinegro se sentía asfixiado si alguno de los dos no hablaba en ese momento. Pero, pareciendo que comprendió sus expresiones, el mayor inició con la conversación.

—¿Por qué no nos contaste nada? No tenías que pasar por todo esto solo, tuviste que decirnos y aquí hubiéramos estado tan pronto como nos llamaras.

—No quería molestarlos, me enteré que todos se habían ido de viaje, simplemente quería que disfrutaran su tiempo fuera de todo esto.

—Pero no tenías que pasarlo solo, Bin.—Repitió, mostrando una expresión de desconcierto.—Ni siquiera has avisado a tus padres, ¿No es así? ¿Qué les dirás una vez que se enteren? ¿Cuándo es que sucedió todo esto?

—De todos, ellos serían los últimos en que se los contaría, no los quiero afligir con esta noticia.—Sus ojos se sintieron acuosos, sorbiendo.—Pensé que podría hacerlo por mi cuenta, y cuando estuviera listo, les daría la noticia.

—¿Los padres de Doyun lo saben?—Cuando recibió un asentimiento, siguió.—¿Y en dónde están?

—Sabe que jamás aprobaron nuestra relación, cuando les di la noticia simplemente me gritaron que era mi culpa, que les arrebaté a lo único que tenían en sus vidas. Además que ni siquiera quisieron conocer a SiWoo, simplemente lo pasaron por alto cuando les conté todo.

—¿SiWoo, eh? Es un bonito nombre para el cachorro.—Alzando su mano, entrelazó sus dedos, dándole un suave apretón.—Lo fui a ver al área de neonatos, es un bebé hermoso, me alegra que lo tengas a él, y que él te tenga a ti, pero para ellos debes de procurarte más a ti mismo, Bin. Sé que puede ser difícil, pero realmente tus padres, mis padres, y yo como tu primo, todos nosotros te amamos y solo queremos verte feliz, y si pasas por algo malo, queremos apoyarte y que no nos alejes. Por favor, nos tienes a tu familia, tienes a tus amigos y cercanos, no debiste de pasar por todo esto tu solo, y no me cansaré de decírtelo hasta que lo aprendas.

—Me invadió el miedo, no tenía cabeza para hablarles, ¿Cómo les iba a explicar todo? Yo... me siento aún fatal, mi único propósito era proteger a mi omega y a mi cachorro, y le fallé, no pude evitar que se fuera.—Sin poder evitarlo por más tiempo, las lágrimas abundaron sobre su rostro, alertando al alfa frente suyo.

Jinwoo no dudó un solo segundo antes de inclinarse y abrazarlo, apretándolo entre sus brazos mientras acariciaba su cabellera. Había crecido por mucho tiempo a lado de Bin, sabía el temperamento fuerte y decidido que tenía, así como el sensible y humano que portaba sobre los demás de su casta, pero verlo en esa situación lo estaba destrozando, queriendo llorar a su lado.

—Te vamos a ayudar, ¿Entendido? Vamos a encontrar ayuda de alguien, así podrás estar mejor y podrás también disfrutar más el tiempo con tu cachorro, pero debes estar dispuesto a recibirlo, ¿Podrías hacer eso por SiWoo?

Bin sollozó sobre su hombro, asintiendo a sus palabras mientras aferraba sus manos en la espalda del mayor, sintiendo la necesidad de aferrarse a algo. Solo quería que ese sentimiento de culpa mezclado con la soledad que sentía se fueran, cansado de sentirse así todo el tiempo.

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