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Dongmin no había dejado de sonreír en todo el camino, encantado con todo lo que veía conforme el automóvil seguía alejándose por la ciudad. Los alrededores parecieron más bonitos ante sus ojos, y su lobo no paró de dar vueltas conforme iban avanzando, hipnotizado tan pronto como observó una parte del mar a través de la carretera.

—Dios, ¿Vamos a la playa?—Cuestionó, observando con atención cómo la marea se movía, causándole una sensación abrumadora en el estómago.

—Llegaremos a un restaurante de la costa, y sino está muy fresco para cuando terminemos, pensé que podríamos dar una vuelta a los alrededores.—Comentó con la mirada enfocada en la carretera.

El omega asintió, volviendo su mirada al exterior. Bin tampoco paraba de sonreír, presenciando a su costado como Dongmin parecía atento a cada detalle del camino por donde pasaban, inclusive lo pudo comparar por un segundo con un niño fascinado por el mundo. SiWoo se había arrullado en el camino, acomodándolo bien en el portabebé en la parte trasera del automóvil, teniendo al alfa checando el retrovisor cada cierto tiempo para comprobar que todo estuviera en orden.

Su primer destino fue uno de los principales restaurantes de la costa, reconocido por sus buenos platillos y la vista al mar que ofrecía mientras degustaban la comida. Tan pronto como llegaron, Dongmin consideró si su vestimenta era la adecuada, observando como varias personas vestidas de una manera sofisticada bajaban de sus automóviles y se dirigían al interior del restaurante, dando un vistazo a sus propias prendas antes de ser interrumpido por el alfa.

—Vamos, en este lugar vienen muchos ejecutivos para sus reuniones y cerrar tratos, pero también turistas y personas que transitan por la carretera pueden entrar, no es exclusivo o de etiqueta.—Sonrió, presenciando como el gesto del omega había pasado de uno sonriente a uno preocupado tan pronto como se estacionó.

Asintiendo a sus palabras, bajó del automóvil tratando de acomodar sus prendas lo mejor posible, mientras Bin se encargaba de bajar lo esencial para no tener ningún contratiempo con su cachorro. Una vez que todo estuvo listo, se encaminaron a la entrada donde un hombre mayor beta, que les sonrió y los guió a una de las mesas antes de retirarse y darles su propio espacio.

La primera parte fue tranquila, ordenando un par de platillos de su interés y sumergiéndose en una tranquila charla de momentos triviales de sus vidas, compartiendo risas y más anécdotas hasta que la mesa fue servida y comenzaron con los primeros bocados. El omega se sentía realizado tan pronto como ingirió la primera pieza, encantado con su paladar y sin poder evitar enfocarse en lo tanto que disfrutaba de la comida mientras el alfa hablaba.

—¿Aún estás viendo sobre lo de tu trabajo?—Cuestionó en un momento de la conversación, observándolo atentamente.

Asintiendo, dejó el tenedor sobre la mesa.—De hecho, le comenté a mi superior y me confirmó que mi primer día comenzaba a partir del próximo martes, tengo estos días para alistarme antes de retomar mi rutina.

—¿Estás bien con ello? Con volver a empezar.

—Creo que sí, no quisiera seguir siendo una carga para ti, y me gustaría distraerme y ayudar aunque sea un poco.

El lobo del alfa se removió, disgustando con sus palabras. Si algo había de admitir, Bin jamás vio a Dongmin como una carga mientras estuviera bajo su cuidado, en cambio, le gustaba saber que podía proveerle de alguna manera, por más primitivo que sonara y pudiera parecer. Aún no expresaba esa clase de pensamientos con su terapeuta, pero cada vez se aferraba más a ellos, ni siquiera pensaba que tenía que decirlo en voz alta para comprender la fuerza de ese acontecimiento.

—No lo eres, para nada. Si quieres volver a tu trabajo, adelante. Solo deseo que sea lo más cómodo para ti, mientras tú estés bien entonces no hay problema con ello, con eso basta para mí.

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