La numero uno de clases.

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—¿Entonces vas a trabajar con tus padres? — pregunta Matteo alegre.

Matteo, Bianca y yo nos encontrábamos en la cafetería de la universidad, estábamos aprovechando el tiempo libre, hace dos días tuvimos la cena con mis padres, pero no había tenido tiempo de comentarle a Matteo, estuve ocupado haciendo algunos tramites legales para poder trabajar y ahora que sacaba tiempo, alegremente le conté.

—Si, comienzo el lunes después de mi ultima clase— guarde algunas cosas en mi bolso.

—Lucas no a parado de hablar del tema— me delato Bianca.

—Entiende, tiene años estudiando y ahora ya va a poder trabajar de eso— Matteo me defendió.

—Y lo entiendo, esa es la razón por la cual no lo he mandado a cerrar la boca cada vez que habla del tema— Bi tomo un sorbo de su te.

Todos empezamos a reír por lo dicho de Bianca, si era verdad que hablaba mucho del tema, pero solo era por la alegría que me daba.

—¿Cómo se ha estado portando el bebé? — pregunta Matteo cambiando de conversación.

—Uff. Me tiene mal, hace que me den ganas de comer cosas que ni se si es normal— se quejó Bi.

—¿Cómo qué? — pregunta Matteo sonriente.

—Por ejemplo: ayer se me antojo de comer pescado con piña, fresa y limón—Bianca arrugo el rostro— y lo peor no es eso, lo peor es que si me gusto—

—¿Pescado con piña, fresa y limón? — Matteo puso cara de asco.

—Si! Lo hizo, yo estaba que vomitada por ella— confirme lo dicho por Bianca.

—¿Tu lo probaste? — Matteo me paso un boli que le había prestado.

—NO! Tampoco tengo ganas de hacerlo— Bianca y Matteo empezaron a reír de mí.

—El embarazo y sus cosas raras— suspiro Bianca.

Luego de salir de la cafetería Bianca se fue a ver su clase y Matteo y yo hicimos lo mismo.

Estaba viendo una clase contable cuando mi celular vibro informando que un mensaje nuevo acababa de llegar, no sabia si leerlo ahorita o después de clases, aunque para ser sinceros esta clase no estaba tan interesante como las anteriores, así que decidí sacar mi celular y ver quien me había escrito. Alce una ceja en sorpresa al ver quien me había escrito.

¿Te parece bien si nos vemos hoy en tu casa?

Luego de leer el mensaje alce la vista y vi a un lugar específico, mejor dicho, a una persona.

Angela, una de las pocas chicas que he tratado en clases, la numero uno de la clase, la mas inteligente y puntual con las actividades, esa chica me había escrito para vernos hoy en mi casa.

Se saluda primero.

Respondí al mensaje y luego volví a verla, ella al leer el mensaje se volteo a verme, puso sus ojos en blancos y respondió a mi mensaje.

Hola Lucas ¿Cómo estás? Por lo visto bien ¿Te parece si quedamos hoy en tu casa?

Yo reí al terminar de leer el mensaje, pero respondí.

No tengo ningún problema con eso ¿Necesitas ayuda con una clase?

Después de enviar el mensaje reí un poco más, sabía perfectamente que no la necesitaba, Angela era la mejor en clases, sus calificaciones eran altas.

Si supieras que sí, por eso te he escrito, no te vayas a ilusionar.

Mire a Angela y luego al mensaje, no sabia bien si me estaba siendo sincera o simplemente era sarcasmo, la realidad era que no la conocía mucho.

Dos cuerpos un solo corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora