Prólogo ✨

94 18 1
                                    

Me encontraba subiendo las escaleras con mi acompañante de esta noche, al subir el siguiente escalón me tropecé, tenía la vista borrosa, el alcohol hace rato ya había hecho su efecto en mí

Escuche a mi amiga reírse de mí y luego me ayudo, yo también me empecé a reír de lo torpe que estaba gracias al alcohol, resulta que hace un par de horas atrás mi mejor amigo Matteo me dijo que estaba planeando hacer una fiesta aquí en su casa, yo como buen amigo lo ayude y compramos todo.

La fiesta si se llevó a cabo he invitamos a todos los de la universidad, asistió todo el mundo, no faltó nadie por venir, fue algo improvisado porque los padres de Matteo se fueron de viaje en el último momento, pero aun así todo salió de maravillas, si no me crees mírame a mí, estoy tratando de llegar a una habitación con una chica y estoy súper borracho

Matteo debe de andar por ahí vomitando en cualquier esquina de este lugar.

Al encontrar la habitación mi acompañante quito el seguro y entro, dando tropezones me fui directo a la cama y me lance boca abajo.

—Ya vengo— escuche decir a la chica que me acompañaba— voy al lavabo— yo levante el brazo derecho señalando donde se encontraba el lavabo, no podía ver bien quien era la chica.

En realidad dudo mucho que antes la hubiese llegado a conocer, pero ahorita no me encontraba en condiciones de ponerme a detallarla, no veía bien en que cuarto me encontraba, si sabía dónde se encontraba el lavabo porque todas las habitaciones eran casi iguales, cerre los ojos para tratar de enfocarme bien y no quedarme dormido.

No iba a decepcionar a la dulce chica que me vino a hacer compañía la noche de hoy.

Cerré los ojos un momento y sentía como todo me iba dando vuelta, me senté en el borde de la cama y me pase las manos por el rostro, escuche la puerta de la habitación abrirse y no me digne a levantar la mirada porque ya sabía que era mi amiga, escuche los pasos venir en mi dirección, luego cuando ella me quito las manos del rostro y se sentó en mi regazo.

—¿Tarde mucho?— Pregunta empezando a besarme el cuello.

—No más de lo que deberías— respondí empezando a pasarle las manos por la espalda baja.

Comenzamos a besarnos y ella suavemente me empujo para que me recostara en la cama, baje las manos lentamente hasta sus muslos y comencé a trazar suavemente unos ligeros masajes, mientras la besaba en el lóbulo de la oreja, comencé a dar pequeños besos hasta llegar a su cuello, olía a vainilla, ese olor me gustaba mucho.

—Dame un momento— la chica se levantó y fue apagar la luz, yo tenía los ojos  cerrados por lo cual no me fije en nada. Todavía no podía detallarla bien.

Bendito alcohol.

Sentí cuando se hundió el colchon, la chica se sentó encima de mí, no la pude ver bien dentro de toda esta oscuridad, solo se le veían sus ojos de color café, sus labios rosados y su lindo cabello largo que olía a Shampoo de romero.

Ella metió sus manos debajo de mi camisa y comenzó a tocar mis pectorales
—Están muy duros— Dijo con algo de sorpresa.

—Eso no es lo único que en este momento se encuentra así— asegure, enseguida ella me saco la camisa y me empezó a besar, pero no era un beso cariñoso, no era tranquilo, era un beso con ganas, con ansias, como si ella lo estuviese deseando desde hace mucho tiempo, fue un beso lujurioso, el beso comenzó a subir a niveles extremos.

Sentía mis labios muy humedos, así que lentamente comencé a quitarle el vestido, ella me quito la hebilla del cinturón y me bajo el pantalón hasta dejarme en bóxer, yo la agarre por la cintura y la acomode en la cama, le abrí las piernas y me pose en medio de ellas.

Empecé a besarla por los mulos, le di un pequeño mordisco, con mi mano izquierda le comencé a bajar las bragas blancas, ella se alzó un poco para ayudarme a bajar sus bragas, subí hasta su cuello y comencé a dar dulces besos, sentí cuando sus manos comenzaron a bajarme el bóxer con una clara advertencia de que ahorita no está para juegos, así que guie mi mano izquierda a su entrepierna, sentí humedad allá abajo y empecé a subir y bajar los dedos, a su vez escuchaba como de su dulce boca empezaban a salir gemidos, ella puso una de sus manos encima de las mías y empezó a moverlas un poco más rápido, yo me acomode bien en mi puesto y luego puse a mi amigo en la puerta de entrada.

Empiece la Diversión.

Dos cuerpos un solo corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora