Un amor inesperado

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Verdades

FINA

Tenia que cuidarme cuando viniera esa mujer,no me podía dar el lujo de renunciar al trabajo.

No podía creer aún que ella fuera la dueña, Claudia me dijo que podía ser su compañera de cuarto,estaba buscando a alguien para compartir la renta.

Y acepte,ya no molestaría a Julia en un par de días me mudare de su departamento.

(...)

Hoy se cumple un mes que estoy trabajando y esa mujer no se a aparecido por aquí,con Claudia nos hemos acoplado y disfrutamos ser roomies, ella aún no sabe que soy una exconvicta y no quiero imaginar que pueda pasar si lo descubre.

Hoy Luis nos comunico que tenemos un pedido,grande de pasteles y alguno que otro postre,pero uno de los reposteros no vino y pregunto si alguien de el personal sabíamos preparar algún postre.

Yo le dije que mi madre me había enseñado y se elaborar alguno que otro pero no sé si puedan estar al nivel de un repostero.

— No te preocupes Fina,lo que necesitamos son manos para ayudar así que bienvenida a la cocina.

Tuvimos mucho trabajo pero pudimos sacar adelante el pedido.

Después de ese día de vez en cuando entro a la cocina y ayudo.

Hoy esa mujer de nuevo vino,pero subió directamente a su departamento,después vino una mujer a visitarla.

Me enteré por Claudia que ella es:

— Dicen que  la jefa se iba a casar con una mujer,pero le mataron a la novia, que una mujer desalmada la atropello y huyó y no le auxilio.Y esa mujer elegante que la vino a visitar es la hermana de la difunta novia.

—¿ Su hermana?

No podía dejar que ninguna de las dos me viera,si lo hacían estaría en graves problemas.

E

staba por terminar mi turno cuando esa mujer apareció de la nada.

— Mesera tráeme un par de bebidas al despacho, y avísale a Luis que lo espero.

Me quedé paralizada por un momento ella me veía directamente y ... No me reconoció,no se acordaba de mi.

Se dio la vuelta y fue que al fin pude reaccionar,acate sus órdenes le avisé a Luis que la dueña le esperaba y le pedí de favor a Claudia que llevara las bebidas.

(...)

Regresé a casa con Claudia y me contó que al parecer Luis  y la jefa hablaban sobre los posibles contratos que ya habían decidido a quien iban a contratar de lleno.

Yo sabía que dentro de unas semanas me despedirán, esa mujer debe saber quién soy y no desaprovechara para correrme.

Al día siguiente ahí estaba de nuevo Doña Marta, y así consecutivamente los siguientes días,aveces la cachaba mirándome en otras ocasiones era como si yo no existiera.

Yo solo me preguntaba porqué aún no me decía nada o me reclamaba.Mas tarde lo descubriría.

(...)

— Fina,puedes pasar a la oficina Marta te espera,— le dijo Luis.

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