Un amor inesperado

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QUEDATE

FINA

La gran Marta de la Reina,se había ofrecido a llevarme a mi casa,esta mujer me desconcertaba demasiado.

Termine aceptando su propuesta, porque la realidad era que ya era demasiado tarde.

No sabía cómo comportarme ante ella me subí en la parte trasera del auto.

Tampoco me esperaba que de cierto modo esa tarde me defendiera de su amiga.

Cuando llegamos a mi casa, le pedí que se marchara rápidamente, podía ser peligroso y más en con el auto que tenía.

Y después lo que pasó la última vez que la vi, me pusieron nerviosa sus palabras y tenerla tan cerca,su mirada hipnotiza,ella es muy... hermosa, cabe destacar que ella estaba un poco ebria. Pero cuando me dijo que no me fuera algo pasó dentro de mí no sé cómo explicarlo.

Esas palabras retumban en mi mente una y otra vez, día y noche...Fina ...No me dejes...te necesito.

Lleva varias semanas sin aparecer por la pastelería.

Carmen estuvo unos días de visita y después se marchó, pero me dio la buena noticia de que quizás pida un cambio de su trabajo y venga a vivir aquí.

Por otra parte hace una semana recibí una carta de... La Pantera.

Le prometí que iría a visitarla cuando salí de prisión y no lo he hecho.

En su carta me contaba, que era muy posible que ella también pudiera salir de prisión, que Julia la abogada estaba haciendo todo lo posible.

(...)

Luis nos dio nuevamente la oportunidad de entrar a la cocina y hoy hice un pastel de chocolate a todos les encanto.

Y nunca imaginé que ese pastel sería uno de los motivos para cambiar mi vida.

Días más tarde Luis nuevamente me pidió que elaborara un pastel más pequeño, qué era para un cliente especial de hecho esa tarde noche la pastelería se cerraría temprano, porque este caliente vendría a consumir ese pastel.

— Fina hoy es un gran día para ti,está  tarde te quedarás y personalmente servirás el pastel al cliente.

Preparé todo lo necesario para atender a ese cliente como se debía.

Luis me indicó que ya había llegado el cliente que llevara el pastel a la mesa.

Cuando llegué ahí me llevé una gran sorpresa.Marta de la Reina era la que estaba sentada en la mesa.

—Vaya pensé que alguien más había elaborado este pastel...¿Así que fuiste tú?

— Si fui yo pero... si quiere puedo retirarlo

— No ...Déjalo ... yo... Lo probé él otra vez... Y está muy bueno...

— ¿ Quiere que le sirva ya una rebanada?

Marta se levantó donde estaba y empezó a dar vueltas por el lugar, sin pronunciar palabra alguna, hasta que regreso nuevamente a su sitio y se sentó.

— Sabes hoy es...mi ... cumpleaños... Este pastel me hizo recordar mi infancia... Cuando mi madre aún vivía... Comíamos uno parecido en mi cumpleaños.

Yo estaba ahí parada escuchando todo lo que ella decía, no sabía cómo  actuar, la felicitaba ,le daba un abrazo,o simplemente me limitaba a servir el pastel y me marchaba de ahí.

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