Realeza, poder y sexo {Damijon}

Capítulo 11: Solo nosotros... ¿2?

Debajo del castillo Wayneford, en una sala reservada solo para el rey y la reina, Bruce se metía a las aguas místicas de la vida. El verde fulgor de estas aguas otorgaba curación y sanación a casi todo tipo de enfermedad, pero parecía ser que el rey padecía una enfermedad más allá de la sanación de este pozo. En su cuerpo, se comenzaban a formar marcas de lo que sería su destino.

Al lugar entró la reina y el consejero.

"Bruce" –dijo ella.

"Ya está pasando"

"Parece ser que las aguas místicas solo lo retrasan. Debemos buscar otra alternativa"

"Por mucho que me guste la idea de seguir destruyendo aldeas aledañas, no hemos encontrado ninguna cosa que parezca detenerlo completamente".

El consejero intervino.- "Tal vez la solución no está en los remedios físicos..."

"¿Qué está sugiriendo, consejero?".

Thalía complementó.- "Tal vez la magia sea la solución"

"¡NO! me niego a creer que mi vida está en manos de... de... de tal inmundicia"

"Esposo, me ha compartido cada conocimiento de su familia, y ninguno de sus padres se ha librado de este destino. Yo también puedo caer víctima de esta rara afección, y claro que estaría dispuesta a morir junto a usted si hace falta, pero me niego a creer que esa sea la única solución"

"Es por eso que ya he planeado junto al almirante Toddstone que mi élite explore el poblado de Blüdhaven para encontrar más recursos"

"Si la respuesta no está en poblados indefensos y sin valía, solo perderemos tiempo. Aceptaste la colaboración del mago hace años para detener al hombre volador de los cielos. ¿Por qué tanta resistencia ahora?"

"Ya lo has dicho, acepté aquel trato, pero mi mente aun paga tormentos nocturnos por colaborar con tal porquería de persona. Si no le he dado muerte es para evitar problemas con el contrato que hicimos"

"Podríamos buscar otros hechiceros que..."

"No..." –dijo saliendo del pozo, escurriendo de cada poro de sus ser estas gotas verdes revitalizadores. Sus marcas habían desparecido... por ahora... pero la cura aun le era un misterio. El consejero se acercó con una bata para tapar el perfecto cuerpo de Bruce.- "No me veré involucrado con más magos. La respuesta debe estar allá afuera en algún sitio. Si es necesario, destrozaré hasta el último pueblo en busca de ese elixir que busco"

"¿Y si no está allí?"

"Lo estará"

"¿Y si no?"

"Si no, lo buscaré en los otros reinos"

"¿Estaría dispuesto a comenzar guerras solo para evitar la consulta con un hechicero?".

Bruce se paró intimidante frente a su esposa. Con sus ojos irradiados del verde brillante de las aguas contestó sin titubear- "Sí" –Y salió del sitio seguido por su consejero.

La mujer se quedó sola reflexionando a la vista de las aguas místicas. Remangó su manga y notó como comenzaban las marcas de su transformación en ella, consecuencia de formar parte de esta familia real. Nuevamente vio las aguas y aunque deseosa de entrar en ellas, decidió no hacerlo por seguridad. Parecía que además de otorgar vida, también otorgaban locura a quien se bañaba con frecuencia en ellas.

En la panadería de los Brandeley, la pareja de prometidos organizaban el poco dinero de Jon. Kentwood sacó una bolsa donde tenía todos sus ahorros. Tenía 15 chelines ahorrados.