Realeza, poder y sexo {Damijon}

Capítulo 19: El inicio del destino

En la casa de los Kentwood, el señor y la señora del hogar acomodaban algunas de las cajas llenas de verduras que sacaban a vender para subsistir. Habían apartado toda su mañana solo para terminar su labor y ya estaban agotados.

Todo el día el señor Kentwood se sintió raro. No era una sensación normal, sino como si algo estuviese sucediendo. Como un presentimiento.

"¿Qué sucede, esposo mío? ¿Todavía siente esa extraña sensación?"

"No se ha detenido desde anoche. Se siente como si algo estuviese pasando. Cuando vimos partir a Jon a su trabajo pensé que tal vez no daría la noticia de que había pecado... o que ya arreglaría su matrimonio, pero no fue el caso. No sé a qué se deberá" –cerró el hombre mientras tomaba asiento en su comedor.

Entonces, así como a Jon le ocurrió la noche anterior, Clark fue elevado mientras su cuerpo comenzó a resplandecer con un brillo dorado como el sol. Su brillo cegó momentáneamente a Lois, quien no creía lo que a Clark le sucedía.

"¡AMADO!" –gritó pensando que estaba a punto de estallar, pero no fue así.

Clark bajó nuevamente a tocar el suelo con sus pies.

Ambos se miraron y vieron como el hombre se mostraba sin cambios, pero eso no les calmó su miedo.

"¡¿Se siente bien, esposo?!"

"No lo sé... creo... creo que me siento..." –dijo mientras apretó su puño. Pudo sentir su fuerza nuevamente en su cuerpo, pudo sentir todo el ambiente más vívido, sus sentidos aumentados. Pudo sentir al mundo como lo hacía hace años.

De inmediato supuso que significaba esto.

"Amada... apártese un segundo por seguridad" –dijo mientras ella se colocaba a un costado.

Él cerró sus ojos mientras respiraba profundamente, exhaló y ya preparado abrió sus ojos para dejar expulsar con fuerza una visión de calor que partió la pared por la mitad.

El calor derritió los ladrillos que construían la pared. El rayo cesó de inmediato tras notar la potencia. Clark podía controlar su visión mejor de lo que esperaría.

Esto solo podía significar una cosa.

"Amada..."

"Clark..."

Sin chistar, él la tomó de la cintura y la llevó a volar por las nubes como en sus primeras citas.

En lo cielos, los Kentwood contemplaban el firmamento lleno de nubes con el cielo azul cubriéndoles, lleno de color y vida.

"¡Amado, recuperó sus podres!"

"No puedo creerlo... esto es... ¡Maravilloso!"

"Fue esa extraña energía que le cubrió, pero ¿Por qué? ¿Qué la causó?"

"Hmm... Supongo que estuvo relacionado con ese extraño sentir que tuve desde muy temprano. Pero desconozco el origen de todo esto"

"La oráculo Zatanna profesó que sus poderes regresarían tarde o temprano..."

"Vaya que tardó..."

"...y que solo volverían una vez aquel que le ató en primera instancia, le otorgara su perdón con su sangre. Pero..."

"He estado aquí en casa con usted desde anoche y toda la mañana. Nadie me ha venido a ver en los últimos minutos. Eso no es posible"

"Entonces eso quiere decir que no fue usted quien recibió el perdón..."