21: Nueva monarquía

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En el castillo de la realeza del reino de Gótica, la gente se aglutinaba a las afueras de este palacio. Hacía un par de semanas este sitio estaba destrozado por los fuertes conflictos que aquí se libraron, pero era más que evidente que la realeza Wayneford se alzaría nuevamente, ahora más fuerte que nunca pues estaba preparada para una lucha contra el destino.

En los aposentos privados de una dama, la nueva reina se preparaba con sus mejores prendas: un vestido blanco cosido y bordado a mano por decenas de las mejores costureras de pueblo y hecho de la seda más fina, delicada y refinada de estas tierras; un par de guantes largos y blancos que parecían ser la misma piel de la dama quien los portaba; un par de zapatillas delicadas que demostraban, físicamente con los tacones que portaban, lo posición que ahora ostentaría esta señorita; en su cabello portaba un velo delgado y transparente que se acomodaba con su peinado elegante y bien refinado. Esta dama se preparaba para su boda.

La chica soltó un suspiro desalentador.

Un par de sirvientas femeninas le apoyaron con los detalles como algunas de sus joyas que portaría, las cuales ella renegaba, pero necesitaba portar solo por este día. Un anillo de oro mezclado con oro dorado, oro blanco y oro rosa, con un diamante del tamaño de una roca en la punta; una joya que valía más que medio pueblo. Y lo más importante de todo: una corona pequeña y delgada, brillosa y plateada que demostraba su próximo estatus de realeza, un artículo igual de delicado como el cuerpo de la dama. Esta sería la última vez que podría presumir su esbelto cuerpo en este vestido entallado, que no dejaba nada a la imaginación, antes de que su vientre demostrara su estado de embarazada.

"Se ve divina, su alteza" –comentó una de las sirvientas de este castillo.

"Gracias, Steph"

"Su alteza, debe estar muy emocionada por su boda. Este debe ser el día más feliz de su vida" –comentó otra.

"Sí..." –dijo tan desanimada que casi se le sale el alma.- "Lo es, Cain"

"La dejaremos para que pueda admirarse con privacidad, su alteza" –dijo Steph saliendo junto a Cain, no sin antes recordar un detalle más.- "Oh, su alteza. Dejamos la lencería en el primer cajón de la tercera fila de su closet. Color púrpura con negro, como el rey la pidió" –cerró la chica antes de salir de la habitación.

La novia soltó un suspiro. Sabía que el rey había hecho eso solo para molestar, ya que a él no le interesaba eso. Simplemente asintió ante el comentario y las sirvientas salieron del sitio.

La dama de vestido blanco pudo verse en el espejo. Era hermosa. Desde luego se notaba que el evento marcaba la boda de un rey y una reina, pero el rostro de la dama no parecía estar en sintonía con la hermosa decoración que portaba.

Se miró al espejo una última vez antes de salir de la habitación. Kathy estaba lista para aceptar su destino.

Con sumo cuidado para no lastimar las delicadas prendas que vestía, la chica se movía por los pasillos. Un sirviente más la recibió.

"Su alteza"

"Dick..."

"Por favor, llámeme como el rey lo indicó: 'payaso de circo fallido Graysonfield'"

"No te llamaré así, Dick"

"Pero si el rey se entera que me llama por mi apodo..."

"Me da igual... Por cierto, ¿Dónde está? ¿Ya está todo listo?"

"Los preparativos están en su lugar. La gente ya espera a las afueras la presencia de sus próximos reyes, las decoraciones con rosas, lirios y tulipanes están en cada sitio. La alfombra roja se colocó desde temprano para celebrar el día, las cortinas de seda con detalles dorados y la cámara sinfónica esperan con ansias su llegada, su alteza. Pero el señor Wayneford todavía no ha aparecido".

Realeza, poder y sexo {Damijon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora