31: Guerra de reinos Pt.1

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En la penumbra, oscuridad y neblina, las calles y casas de este triste poblado parecían derruidas. Una visión del horizonte color rojo, casi postapocalíptico. Un par de pueblerinos trataban de moverse a sus hogares andando por las calles con el perfil bajo, pero fueron encarados por la presencia terrorífica de un ser.

"¿Quieren pasar?" –preguntó un hombre de complexión delgada, pelirrojo, patillas largas, vestimentas verdes, bombín y pastón. Su voz era retorcida, casi como paranoica.

"Señor Edwardson Nightmare... p-por f-favor..."

"Adivina adivinador: ¿Qué es rojo y escurre lentamente por tu garganta?"

"Ehh... ¿vino?"

-ZAAAZ-

El pueblerino que contestó cayó de rodillas al suelo. Al dejar caer el resto de su cuerpo, se podía ver como el 'vino' escurría de su garganta tras un tajo del asesino Edwadson Nightware, uno de los más despiadados psicópatas de este reino, una de las ponzoñas más despreciables.

Los otros pueblerinos pueblerinos, otro hombre y una chica, trataron de atacar al loco para evitar el mismo destino que su compañero, pero al hombre le atravesó un paraguas por detrás, saliendo por su pecho y dejándole desangrándose al igual que el primer hombre. La dama, al ver esto, prefirió tratar de correr, pero unas garras felinas le tajaron la cara. La chica cayó al suelo, tomándose por el rostro sangrante mientras veía a las 3 siluetas causantes de todo este caos: Selina Catfur, Edwardson Nightmare y Oswald Cobblepot, los 3 psicópatas más letales en todo Gotham y los causantes de este mal.

"Que hermoso dije llevas, niña, ¿Te importa si me lo quedo?" –dijo Selina tomando sutilmente la joyería. La chica se aterró al verle tan de cerca. Una vez la ladrona lo tomó, alistó nuevamente sus garras para terminar con el trabajo, pero Edwardson le detuvo con su bastón que usaba.

"Espera, gatita. Déjala ir"

"¿Por qué haría eso, Eddie?"

"Ya le desfiguraste la cara, no encontrará marido tras eso y se quedará sola y con cicatrices de por vida".

Cobblepot rio con una risa muy característica, con pausas y desde la nariz de manera gangosa.

"Eres todo un genio, Nightmare. Selina, déjala" –indicó el enano con su paraguas.

La dama guardó sus garras y la chica pueblerina se levantó para salir corriendo.

La tercia de psicópatas se miró con alegría y poder. Ellos gobernaban las calles podridas de la Nueva Gótica y ellos ponían el orden. Tenían el decreto real para danzar por ahí, al fin y al cabo, era ellos quienes mantenían a raya al pueblo.


En el castillo de este mismo reino, la reina caminaba desnuda, solo con una bata de seda que trasparentaba todo el interior, sin dejar nada a la imaginación. La dama tenía un cuerpo espectacular, curvas perfectamente definidas, senos grandes (pero no exagerados) y firmes, piernas y glúteos trabajados hasta la muerte. Su abdomen más que moldeado y marcado. Esta mujer era, por mucho, la mujer más peligrosa en estas tierras.

A la sala de la reina, entró su fiel guerrero sir Duke Thomastone, quien, indiferente a la perfecta escultura que tenía por cuerpo desnudo la reina, pasó solo para hablar del tema que seguía sin resolver.

"Mi reina"

"Habla, Duke"

"Tenemos sospechas de que los traidores se estén refugiando en otros reinos"

Realeza, poder y sexo {Damijon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora