En el castillo de la realeza, gritos desgarradores se oían en la habitación del rey. Por los pasillos se mostraban algunos cuadros tirados, paredes desgastadas de la pintura y la alfombra manchada de lodo. Dentro de la habitación, el rey se retorcía en la cama, sufriendo el dolor por el contrato a medio quebrar.
El hombre era agitado por el dolor. Hacía años había pactado con un brujo para coartar la libertad de un hombre, del superhombre. Tal contrato le ató con su vida, literalmente. Ambas partes estaban atadas al contrato. Si este se rompía, aquel que lo rompió moriría, pero... ¿Qué pasaría si fue un agente externó quien lo rompió?
El daño en Bruce solo acrecentaba cada minuto. No era un hombre viejo, para nada, rondaba las 4 décadas, y su cuerpo de el de un hombre entrenado y preparado desde joven, pero una maldición le coartaba su poder, una maldición familiar que, llegado el momento, le transformaría en una mutación amorfa entre un murciélago-hombre.
Desde que conoció a su esposa, obtuvo el don de la 'inmortalidad' con el pozo de Lázaro, y gracias a este brebaje mágico es que pudo resistir un par de meses más para hallar la cura a su afección. Pero el dolor y el estrés que ahora sufría a causa de la fractura del contrato le debilitaron su cuerpo y drenó su energía a niveles críticos y mortales. Si no moría por la disolución del contrato, moriría por la maldición.
En la habitación no estaba solo él. A su lado estaba la reina, Thalía. Ella estuvo aquel día que el contrato se pactó entre su esposo y el mago, pero ella fue meramente una observadora, una testigo del acuerdo, así que no estaba ligada al contrato por sangre. Pese a eso, se esperaría que se mostrara mortificada o afligida al ver a su esposo agonizar frente a ella, pero no, se mostraba muy apacible y tranquila, casi indiferente ante lo que sus ojos veían.
Thalía no estaba ligada al contrato, pero sí a la maldición. Y si Bruce caía preso de esta, ella también lo estaría. La razón por la que ella también estaba atada a la maldición Wayneford era por lazo marital, al convertirse en reina y portar el apellido Wayneford oficialmente tras la unión de la boda, ella también fue portada de la maldición Wayneford y así como su hijo, pero este estaría libre de ella hasta más avanzado de edad.
En teoría, tanto Bruce como Thalía deberían estar padeciendo malestares por la transformación. La maldición se veía alterada por el estrés físico generado a raíz del dolor en Bruce, pero Thalía no parecía verse afecta, ni siquiera aterrada por su futuro cercano.
La dama estaba mirando fría a su amado retorcerse mientras ella remangaba su vestido para mostrar como aquellas marcas que le aquejaron días atrás, ahora eran inexistentes.
Al momento también llegó el consejero real, Alfred, quien había ido hasta el pozo de Lázaro para traer un poco de este brebaje mítico para su rey.
"Mi rey, le he traído..."
"¡AHHHGGG!" –quejaba Bruce sin poder responder.
"Rápido, viértelo sobre él" –dijo la reina esperando ver los resultados.
El consejero así lo hizo, y como si fuese un aceite, lo vertió sobre el torso de Bruce, que le brindó algo de tranquilidad por un par de instantes, pero que no duró mucho antes de que el dolor volviese igual de intenso.
"AAAHHHHGGG"
"No está funcionando, reina" –dijo alarmado Alfred al ver como su ahijado estaba muriendo en vida.
"No, el pozo ya hizo todo lo posible para salvar el cuerpo de Bruce, pero no es el cuerpo lo que está maldito, sino su alma. Su maldición acabará con él"
"Pero... pero... debe haber una forma de salvarlo"
"Eres testigo de la testaruda actitud del rey. Le advertimos que debía buscar la cura por medios externos a la conquista, por medios fuera de este mundo, pero se negó al rechazar la magia"
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Realeza, poder y sexo {Damijon}
Fiksi PenggemarDespués de que el rey de las tierras olvidadas de Gótica hiciera un pacto con un hechicero para suprimir los poderes del todo poderoso "superhombre", este rey Bruce Wayneford crio a su hijo para ser el siguiente al trono, pero ocultándole la verdad...