A l día siguiente, Aslan se despertó temprano. Todo ya estaba en marcha y solo tendría que esperar la llamada para ir a buscar más mercadería. Por ahora, él podría salir a disfrutar y pasear por las calles de Miami. Aslan no tenía familia; sus padres habían muerto en un enfrentamiento policial, donde se descubrió que traficaban drogas. Desde pequeño aprendió a cuidarse solo. Siempre tuvo la compañía de Dary, su asistente virtual, su gato Richie y su amigo Remy.
—Señor, ¿qué hará hoy? —preguntó Dary con un tono servicial.
—Iré a pasear un rato, quizás voy a la playa. Necesito despejarme un poco, fue muy cansador todo el viaje —respondió Aslan con una mezcla de cansancio y necesidad de escape en su voz.
—Está bien, ¿si alguien llama qué hago? —inquirió Dary, mostrando su preocupación por las responsabilidades de Aslan.
—Recibe su mensaje y después me comunicas. Hoy no quiero atender a nadie —Aslan contestó con firmeza, buscando un día de tranquilidad lejos del ajetreo de su vida diaria.
—Está bien, señor, como ordene —Dary asintió, respetando la decisión de Aslan y preparándose para manejar cualquier asunto que pudiera surgir en su ausencia.
Decidió ir a la playa a relajarse un rato. Era su lugar favorito, porque las olas eran música para sus oídos, lo hacían sentirse en paz en ese mundo donde a veces debía estar en constante guerra.
En la misma ciudad de Miami, Mary se encontraba en un café junto a su mejor amigo Roy. Él y ella siempre habían estado trabajando juntos.
—¿Por qué ayer no me llamaste? —preguntó Roy, con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—Porque con el jefe Black hablamos bastante y después sólo quería irme a casa. Estaba cansada —respondió Mary, evitando su mirada, mostrando signos de fatiga.
—Está bien, no hay problema. ¿Qué quería? ¿Era un nuevo caso? —Roy inclinó su cabeza, tratando de leer la expresión de su amiga.
Mary dudó un momento, su rostro reflejando la difícil decisión de compartir la noticia.
—A ver, como te digo... Sí, hay un nuevo caso, pero el agente Black me dijo que solamente tenía que ser yo, que a ti te asignarían otro caso —confesó, su voz temblorosa por la tensión de la revelación.
—Está bien, entiendo, sé que es difícil —Roy asintió con comprensión, su tono apaciguador—. Pero yo creo en ti y que lo podrás lograr con o sin mi ayuda. Tú sabes que siempre te voy a apoyar y estemos o no juntos en un caso, tendrás mi soporte siempre.
—Gracias, Roy —Mary sonrió, agradecida por su apoyo—. Lo mismo para ti y también gracias por entender. Es muy difícil pensar que después de tanto tiempo trabajando juntos, nos quieren separar. Pero supongo que iba a pasar en algún momento.
—Así es, aun así, no por eso vamos a separarnos para siempre. Estaré para ti siempre —dijo Roy, con una sonrisa cálida y amistosa.
Mary le respondió con un abrazo reconfortante. Luego, los dos pagaron la cuenta y se despidieron, tomando rumbos separados. Mary decidió ir a la playa para despejarse antes de su próximo desafío.
Aslan se acercó a una barra que había en la playa, se dispuso a tomar un mojito de maracuyá, su favorito. Mientras bebía y observaba sus alrededores, una belleza inigualable para sus ojos, lo deslumbró. Su alrededor se detuvo y vio como si todo el mundo estuviera en cámara lenta. La mujer pasó frente a él y lo miro de reojo. Ambos se miraron, pero ella continuo su camino.
—¿Quién será esa mujer? —preguntó Aslan en voz alta, más para sí mismo que para alguien en particular.
El barman, secando un vaso, respondió con una sonrisa socarrona.
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TQM - Te quiero ¿Mucho o Matar? [EN CORRECIÓN]
Teen FictionExplora el submundo criminal de Miami junto a Mary, una agente novata de la DEA, y Aslan, el misterioso líder de una banda de narcotraficantes. A medida que Mary se sumerge en el corazón del imperio criminal de Aslan, descubre secretos oscuros que d...