Capítulo 1: Caso A (Aslan)

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Remy junto a Mary, como era costumbre, llegaron a la casa de Aslan.

—¿Dónde está? preguntó Mary, su voz temblaba con una mezcla de desesperación y miedo.

—No lo sé, si ayer estaba aquí y hablé con él —contestó Remy, frunciendo el ceño en confusión.

—No pudo desaparecer de la nada, al menos debió hablar con alguien... —Mary miró alrededor, buscando alguna pista.

—Dary —dijo Remy, con un tono que denotaba urgencia.

—¿Sí, señor Remy? —respondió Dary, apareciendo con su nuevo cuerpo frente a ellos, su voz era neutral pero atenta.

—¿Dónde está George? —la preocupación era evidente en la voz de Remy.

—Desconozco su ubicación, señor —la respuesta de Dary fue tranquila, pero firme.

—¡Cómo es posible que se lo haya tragado la tierra! ¡Nadie sabe dónde está! —exclamó Remy, su voz elevándose en frustración y ansiedad.

—Relájate, Remy, quédate tranquilo que no ha pasado nada malo. De ser así, lo hubiéramos sabido de un inicio —dijo Mary, intentando calmar la situación, aunque su propia inquietud era palpable.

—Tienes razón —admitió Remy finalmente, respirando hondo en un intento de tranquilizarse.

Aslan le invadía la culpa, se paseaba en la habitación de su refugio, asumió su error y se culpaba todo el tiempo, por lo que pasó esa mañana con Amir. Su cabeza lo confundía con recuerdos del presente y del pasado. Sentimientos de la escuela en la que asistía hasta el día que lo tuvo que dejar para asumir el rol de sus padres. Para mantener el negocio. La primera entrevista que fueron llamados sus padres al colegio... Cómo olvidarla. Recordó lo que pasó una vez que sus padres regresaron de ella.

—¿Aslan? Hey, pequeño... Ven aquí —su padre lo llamó con voz suave, extendiendo sus brazos para tomarlo en su regazo.

—¿Estás enojado, papá? —Aslan se acercó un poco temeroso y tímidamente, mirándolo con ojos inquisitivos.

—No, mi muchacho, de hecho, la maestra nos llamó para decirnos el buen alumno que eres —dijo su padre, con una sonrisa orgullosa y cálida.

—¿Cómo está mi niño más lindo e inteligente? —Tiana abrió los brazos, su rostro iluminado por una sonrisa amorosa.

—Buenas tardes, amor, ¿ya está todo listo para irnos? —preguntó ella, mirando a los ojos a su esposo con una expresión serena, mientras sostenía en sus brazos a su niño.

—¿Puedo ir con ustedes? —preguntó emocionado el pequeño Aslan, su rostro lleno de esperanza.

—Cuando crezcas, mi pequeño tesoro, ahí harás tú tus propios viajes —respondió su madre suavemente, bajándolo de sus brazos con ternura.

—Ahora es peligroso que nos acompañes, quédate con Dary y Remy. Ellos te acompañarán —agregó su padre, su tono era de cuidado y protección.

Aslan se sentó en su cama, mirando fijamente al piso. Poco a poco sentía cómo la locura lo invadía. Estaba preocupado, se sentía solo y con las manos atadas. Ese recuerdo fue el último que tuvo con sus padres, porque fue esa misma noche. Que los perdió.

Los padres de Aslan iban camino a buscar más provisiones, para continuar con la venta. Mientras que el pequeño Aslan, jugaba con su mejor amigo, Remy. Una vez que llegaron a la fábrica y el padre de Aslan realizó todas las tareas que debía hacer, tomaron rumbo de vuelta a su casa.

TQM - Te quiero ¿Mucho o Matar? [EN CORRECIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora