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La falta de sueño comienza a hacer sus efectos cuando estoy intentando hacer un examen. No dejo de bostezar, quiero descansar, me arden los ojos. No puedo concentrarme completamente. Leo las preguntas y aunque sé los temas, no puedo pensar del todo bien.

No debería estar aquí...

En cuanto dejo la hoja de examen sobre el escritorio salgo a las gradas a tomar aire fresco. Busco un cigarro en mi mochila pero... ah, no tengo ninguno aún.

-Genial—susurro.

-¿Cómo te fue en el examen?—Eva llega y se sienta al lado.

-Estaba muy sencillo... lo único es que mi cabeza no deja de estar jodiendo y me tiene harta.

-¿Sencillo? Tuve que copiarle a Keyla porque tenían las preguntas más asquerosas que he visto en el semestre.

-Solo tenías que sustituir la fuerza, bueno, y convertir las cantidades porque venía diámetro en vez de áreas, pero fuera de eso... nada del otro mundo.

-Ugh, da igual, seguro repruebo. Quisiera ser como tú y entenderle a esas mierdas.

-Lo único malo es que el profesor me apunta para hacer tutorías con alumnos.

-¿Qué va? ¿En serio?

-No lo recordaba, ni siquiera tenía la menos idea pero hace unos días Adler fue a mi casa por ello.

-¿Adler?

-El chico de basquet.

-¿Qué? ¿Desde cuándo le llamas por su nombre? No sabía que eran tan cercanos, seguro por eso te ha llevado a casa. ¡¿Acaso no planeabas decirme nada?!

-¿De qué? No hay nada que decir.

-Están coqueteando discretamente y no me he enterado de ello, ¡podría haberte ayudado!

-¿Desde cuándo "una tutoría" se considera "coqueteo"?

-Desde que también te ha llevado a casa y se ha preocupado por ti. Todos saben que en realidad las tutorías son para coger, no para enseñar, oh, bueno, al menos que enseñes a coger, en ese caso es ambas.

-Ugh...

-¿Qué?—se burla—¿o a caso me dirás que no te llama la atención?

-¿Por qué me llamaría la atención?

Hablando de él, ambas lo vemos llegar a la cancha a jugar con sus amigos.

-Atlético, guapo, ojos de color, amable... ¿qué más quieres? Además he visto como te mira, se nota que está interesado al menos un poco en ti.

-¿Cómo puedes decir eso si solo nos conocemos por unos días?

-Siento el instinto.

-Pues cambia tu instinto porque no seremos nada.

Mis palabras probablemente serán una mentira completa, pero sigo sin estar segura de evitarlo o seguir hablando con él.

-Te lo aseguro, yo tengo ojo para este tipo de cosas, aparte no deja de voltear a verte en clases.

-Me dice que cree que me conoce de alguna parte, seguro es por eso.

-¿Qué? Nah, son excusas para hablarte. Si de algo conozco son de hombres que intentan cortejar de una forma tan estúpida.

-Mm...

Mis ojos siguen a Adler mientras juega, él encesta, aplaude contento, luego voltea a verme un poco confundido, pero luego me da una breve sonrisa y sigue en lo suyo.

150 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora