04/05/2007
Mientras estudio un poco en el parque, Adler se encuentra practicando en la cancha de enfrente sus tiros para el partido.
-¡Ugh! ¿Por qué nunca puedo lograr nada?
-Lo estás haciendo bien—digo mientras apunto.
-¡Vía! ¿Sigues estudiando?
-Ya casi termino, es solo... que me he encontrado con esta teoría bastante interesante y quiero terminarla antes de perderla.
-Quedamos el otro día en que no intentarías decifrar todo eso. Tenemos toda la tarde libre.
-Yo no diría "quedamos" solo... ¡hey!
Me lanza el balón, bueno... técnicamente a la banca donde me encuentro. Me quedo con la boca abierta y el ceño fruncido. Él me mira con los brazos cruzados, esperando porque deje de anotar.
-Mejor sigue practicando.
-Ya he terminado, estoy agotado—se acerca conmigo y me toma de la mano—¿y si mejor vamos a alguna parte?
-¿Y si mejor me dejas terminar esto?
-Por favor... no seas así...
-Bien—cierro mi libreta y dejo mis cosas al lado mío.
-Quería darte una sorpresa... pero luego recuerdo que probablemente ya conozcas todas.
-Pff—me río—pues tienes un punto.
Adler se sienta a mi lado, moviendo mis cosas para tener un espacio.
-Aunque—digo—no significa que yo no las pueda hacer.
-¿Disculpa?
-Ven, y toma las llaves de tu auto. Dijiste que quieres que pasemos tiempo juntos ¿no?
Empiezo a manejar hasta llegar a la orilla del mar. Me estaciono y en cuanto ponemos un pie sobre la tierra, el aire frío me recorre por la piel.
-¿Qué tal?—pregunto casi alzando la voz.
-¿El mar?
-No, Adler, es una piscina, ¡claro que el mar!
Me acerco a él y ambos empezamos a caminar hasta el área del camellón.
-¿Quieres saber por qué de todos los lugares quise venir aquí ahorita mismo?
-¿Tienes una razón siquiera?
-Sí... tú y yo...
-¿A qué te refieres?
Lo miro con una sonrisa de labios y sigo caminando. Adler me mira feliz pero confundido al mismo tiempo.
-No hay nadie por aquí.
-Lo sé... que raro...—respondo—normalmente hay gente caminando a esta hora.
-Sí, y yo...—volteo hacia él y quedamos a unos centímetros de distancia. Río de la pena y me alejo un poco.
-Solo... yo... hace tanto que no vengo a ver el mar, al menos no de esta forma—continúo.
-¿Por qué?
-Ya te lo he dicho, me mudo... no hay lugares así como aquí. Además... me recuerda a ti.
-¿A mí? ¿Por qué?
-Solo... recuerdos.
-¿Cuáles recuerdos? ¿Puedes contarme?
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150 días
RomanceVía despierta de pronto en su yo de 17 años, sin embargo... ella no sabe por qué ni cómo pudo regresar en el tiempo. Lo peor de todo es su ambiente, porque justo ha regresado 150 días antes de que algo trágico, que cambia su vida, sucede. Ella se cu...