17

0 0 0
                                    

02/06/2007

Me quedo horneando algunas galletas escuchando música al fondo mientras cuido a Liam por la tarde.

Hoy es un día tranquilo. No he hablado con Adler desde que fui a su casa. Él me evita y yo... la verdad solo quiero hablar con él si así lo desea. Creo que ambos necesitamos un poco de tiempo para nosotros mismos, sobre todo él.

¿El haber ido a su casa sin avisar estuvo mal?
Tal vez. ¿El enterarme de un modo que sus padres lo golpean está mal? Ah... tal vez.

Ugh, no puedo tomar ninguna decisión coherente cuando se trata de él.

Están sucediendo tantas cosas que no se cuál es más importante. Por un lado tengo a Eva, que... hace muy poco tiempo se enteró de todo esto y no he hablado con ella del tema, luego tengo la "desaparición" de mi cuerpo, luego la migraña, las voces, Adler, todo.

-Estoy agotada—entra mi madre por la puerta—hola, mi amor. ¿Estás haciendo galletas?

-Sí, un intento. Estoy siguiendo una receta que me he encontrado en el mueble de los platos.

-Asegúrate de no dejar el horno prendido. No quiero más incendios en esta casa.

-Solo fue una vez, no fue nada. No fue mi culpa.

-Mhm, dile eso a los bomberos que tuvieron que venir a las dos de la mañana.

-Fue hace mucho tiempo, da igual. ¿Ya terminaste tu jornada de hoy?

-Sí... ¡hola, mi vida! ¿Cómo te ha tratado tu hermana?—carga a mi hermano.

-Mamá... voy a salir en la tarde.

-Okey... ¿a dónde?

-Solo quiero caminar un rato por aquí cerca. No tardaré mucho.

-Solo ve antes de que anochezca. Últimamente empiezan a salir muchas noticias y es mejor prevenir en ese tipo de situaciones.

-Mhm...

Y aquí me encuentro, caminando a las cinco de la tarde en el puente de la ciudad. Apenas empieza a atardecer por lo que los edificios se miran un poco naranjas.

Solo quiero despejarme un poco, sentirme bien.

No puedo creer que todo el tiempo deseaba en volver, y ahora que me encuentro aquí... al final siento la misma mierda en mi corazón y en mi cabeza.

Me detengo un momento para observar la ciudad. Me quedo recargada en mis brazos sobre el barandal.

Volteo inconscientemente al sentir una mirada sobre mi hombro. Adler me observa desde la orilla del puente. Mi cabello se interpone en mi mirada, por lo que lo muevo con mi mano. El chico no tarda en acercarse y se recarga en el barandal sin verme. Estamos lado a lado, sin vernos a la cara. Es un poco incómodo.

-¿Qué haces aquí?—decimos al mismo tiempo.

Ambos volteamos y sonreímos ligeramente.

-Lamento haber ido a tu casa sin avisar—admito.

-Lamento haberte ignorado las llamadas...

-Lamento el interrumpir... ya sabes...

Adler me voltea nuevamente a ver, pero ahora reflexivo. Bajo mis ojos hasta sus labios, los cuales tienen un nuevo golpe ligero en la orilla de uno.

-Ahora sí no puedes decirme que te hiciste eso entrenando...—señalo.

-Vía.. yo...

150 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora