Había una actividad frenética en el
aparcamiento cuando salí. Unos tipos cargaban las camionetas y los autocares, mientras los miembros de los grupos rondaban por allí y hablaban del espectáculo. Incluso había algunos fans extraviados que se habían colado. No vi ni a mi hermana, ni a Griffin en ninguna parte, pero Evan había detenido a
Lauren antes de que pudiera llegar al autocar, y le estaba entregando su
guitarra mientras hablaban durante un momento.
Cuando alcancé a Lauren, ya no parecía molesta. Me sonrió y me tomó de la mano. Evan le dio una palmadita en el hombro y se dirigió al autocar tras Matt. Mientras los demás chicos empezaban a cargar sus cosas en los autocares, alcé la mirada a Lauren.—¿Os marcháis?
Miró al suelo y se encogió de hombros.
—Sí. —Señaló a un conductor de autocar de mirada despierta que estaba bebiendo un enorme vaso de café—. Los conductores hacen turnos para que siempre haya alguien disponible. Como podemos dormir en los autocares, no nos quedamos en un sitio a pasar la
noche, a menos que tengamos otro
concierto cerca—. Me señaló con la cabeza. —El siguiente que tenemos es en Reno. —Tras una pausa, Lauren me miró con una ceja levantada—. ¿Por qué no vienes conmigo? Podrías tomar un vuelo a casa desde allí.Colgándose la guitarra al hombro, me rodeó por la cintura con los brazos, y yo hice lo mismo, sonriendo al pensar en un largo viaje en autocar con ella. Después fruncí el ceño al considerar las
cuestiones logísticas que implicaba,
además del billete de vuelta que
amenazaba con vaciarme la cartera.—Ya tengo el billete a casa, pero es desde aquí.
Ladeé la cabeza y odié no poder ser tan impulsiva como mi hermana. Si le dieran la oportunidad de saltar al autocar sin destino alguno, ni se lo pensaría.
Lauren apretó los labios y pensó:—Bueno, ¿y si compras un billete de Reno hasta aquí? —Se acercó más a mí y me sonrió con picardía—. Entonces aún te serviría el billete.
Levanté la cabeza y le besé el mentón, aliviada porque no se hubiera enfadado demasiado después de admitir que no había confiado realmente en ella.
—No quiero que te gastes tu dinero en mí, Lauren.
Se echó hacia atrás y se encogió de hombros.
—¿Y en quién iba a gastarlo? — Negando con la cabeza, añadió—: Además, sería también una forma de gastarlo en mí. —Me acercó más
a ella y apoyó su cabeza contra la mía —. Quiero pasar más tiempo contigo.Solté el aire convencida, y acepté:
—Está bien, pero sólo si Anna viene también. No quiero dejarla aquí sola.
Lauren sonrió, me condujo hacia el autocar y me dijo:
—Estoy segura de que estará enrollándose con Griffin mientras
hablamos.Me encogí abochornada, sabiendo que probablemente tenía razón… en todos los sentidos. Y, por supuesto, cuando volvimos a subir al autocar, los
sonidos de alguien que estaba pasando un buen rato llegaron hasta nosotras. Me sonrojé de inmediato; Lauren se limitó a sonreír y a menear la cabeza. Cuando el ruido de algo que vibraba se mezcló con claros sonidos de aprobación, cerré los ojos horrorizada al recordar todos los… juguetes… que Anna había incluido en su equipaje. Me llevó a un asiento vacío donde había dejado la bolsa antes, dejó la guitarra y señaló con la cabeza hacia la zona acortinada.—Podría ir a buscar mi discman; así no tendrías que oírlos.
La detuve agarrándola del brazo,
avergonzada por Anna, aunque
probablemente a ella le habría dado igual si ella entraba o no.