Desde mis ojos.

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El lobo alfa no podía estar más contento, nunca imaginó vivir algo como esto, su parte humana siempre lo aturdía y le recordaba constantemente que nunca tendría un omega, pero recordando un poco del pasado y volviendo al terrible día donde su omega fue atacado, vislumbró la esperanza, pues su raciocinio había estado de acuerdo con él, tenían que salvarlo, todo pasó demasiado rápido...

"—Por favor déjeme ir, no diré nada, sólo déjeme por favor —escuchó en sus adentros, un pequeño y casi imperceptible susurro que lo aturdió, su pecho dolía y a su nariz llegaba el olor más terrible que ha de oler, miedo; vainilla y café combinados con pánico, su omega estaba en peligro.

Levántate, está en peligro —rugía el lobo y Jungkook trataba, intentaba realmente, tenía que avisar a alguien de lo que creía que estaba sucediendo, rogaba al cielo que todo fuera una alucinación por su estado, debía ser eso, intentaba pero su cuerpo no obedecía—. ¡Déjame hacerlo! —suplicaba su alfa pero el humano no daba su brazo a torcer—. Van a herirlo, déjame ayudarlo, ¡tenemos que ayudarlo!

Fue así como Jungkook cedió por primera vez a sus instintos, no sabía que sucedía pero tenía miedo, sentía terror de algo desconocido y sólo podía obedecer a su lobo y hacer lo que éste le indicara, si el dueño de esa preciosa voz, el chico que hace su cuerpo estremecer con cada toque estaba en peligro él tenía que ayudarlo.

Sus ojos se abrieron, estaba realmente aturdido por la luz, sus piernas y brazos no reaccionaban a lo que su cerebro ordenaba pero se necesitaron menos de 5 segundos para que reaccionara por completo, su corazón latía de prisa y tenía que correr, correr en búsqueda de un chico al que jamás había visto pero al que tenía que proteger de absolutamente todo. Sus ojos dilatados buscaban por todos lados, sus colmillos estaban lastimando en sus encías y se sentía enorme, como si hubiese crecido medio metro en pocos segundos, pero no tenía tiempo de detenerse a meditar nada de lo que sentía, tenía que llegar con ese chico y rodearlo con sus brazos para evitarle cualquier mal.

Todos sus sentidos se agudizaron cuando lo sintió de nuevo, el miedo hacía picar su nariz y el llanto, podía escuchar ese llanto como si estuviera pegado a su oído, era taladrante y doloroso, no quería escucharlo así, quería oírlo reír y hablar, que nunca dejara de hablar.

Sus pies se movieron automáticamente hasta que dio con la puerta indicada, estuvo de frente con la imagen más bonita y dolorosa que verá, era hermoso, su enfermero y omega es simplemente hermoso pero no se detuvo demasiado a contemplarlo, debía que defenderlo de aquel hombre y así lo hizo, en pocos segundos tenía al precioso chico entre sus brazos tratando de calmarlo, todo su cuerpo vibraba por cuidarlo y no dejarlo ir jamás, no podía soltarlo porque todo representaba un peligro, peligro de perder a su omega y no iba a arriesgarse a eso, no iba a dejarlo a merced de personas que pudieran dañarlo."

Y bueno, el resto de ese día es historia, desde ese momento sintió una conexión tan única con el omega pero tenía miedo, miedo de tener que alejarse como todas las otras veces, pero esta no era igual, ésta vez era diferente porque sentía que si se mantenían alejados, su corazón se iba a desgarrar, literal y metafóricamente, Jimin era lo que lo mantenía vivo.

La primera vez que Jimin lo marcó con su aroma después de que el alfa no había podido dormir o la vez que su lado racional accedió a que el omega lo sanara, fueron claros ejemplos de que solo era separado de la muerte por una línea muy frágil, pero el ojiazul la hacía cada vez más fuerte, con sus cuidadosas manos, sus delicados toques y sus preciosas sonrisas, lo hacía aferrarse a la idea de tenerlo consigo, iba a luchar, iba a pelear contra su raciocinio porque su omega lo vale.

where we land  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora