—Tengo que ir a comprar mantas y almohadas —habló Jungkook con tono preocupado; estaban desayunando en el comedor de su casa, uno al lado del otro, Tiza correteaba al lado de ellos, ha pasado poco menos de un mes desde su boda y no podrían ser más felices.
Bueno, el lobo de Jungkook cree que sí podrían, que tiene que acomodar el nido de manera diferente y hacerlo más seguro, él no lo entiende, pero tiene que obedecerlo. Las últimas semanas se ha dedicado a hacerlo, por fin se reconcilió por completo con ese lado suyo, no lo sigue ciegamente, pero busca un equilibrio entre lo instintivo y lo racional que no siempre vio.
Incluso, a veces es su lobo quien le dice que no confíe en sus instintos animales, aún sigue tratando de entender bien todas esas cosas, pero comprende que no puede adaptarse a todo ese mundo de la noche a la mañana.
—¿Para qué? —cuestionó confundido el omega. Frunció el ceño y metió un bocado a su boca.
—El nido —dijo mientras repasaba en su mente la lista de cosas que necesita—, tengo que mejorarlo.
—Está perfecto, alfa —negó con una sonrisa—, es perfecto siempre —tomó la mano del rizado sobre la mesa y dejó un beso en su mejilla.
—No, necesita más suavidad, tiene que ser más cómodo —explicó.
—Si tú lo dices —se encogió de hombros, resignado a que Jungkook está haciendo lo que siente que tiene que hacer—. ¿Puedo ir contigo a la tienda?
—Por supuesto, bebé —aceptó como siempre haría con las peticiones de su esposo.
—Gracias, lobito —sonrió y ¡Dios! Su pecho se inundó de felicidad; ha sido feliz todos los días desde que se casó con él, pero cuando sonríe es una cosa mágica; Jimin sonríe e ilumina su mundo, su alfa se siente derretir, algo en su pecho cambia para bien, es como ver estrellas.
—No puedo creer lo mucho que te amo —sujetó su mejilla y picoteó sus labios haciéndolo reír.
—¡Basta, alfa! —Jungkook no lo soltaba, pero él tampoco estaba intentándolo demasiado.
—Cásate conmigo de nuevo —el omega soltó una carcajada por las peticiones del mayor—, quiero que tengamos una boda cada semana.
—Eres tan bobo —tomó las manos de Jungkook entre las suyas cuando lo soltó.
—Es que quiero decirles a todos que te amo, quiero presumírselos cada semana —sus ojos verdes deslumbraban; brillantes y alegres contagiando a los del menor.
—Quizás sea buena idea, así podría presumirte yo también.
—¿Lo ves? —abrazó al chico—, siempre tengo las mejores ideas —trató de sonar arrogante pero solo hizo reír al ojiazul.
—Conmigo no te funciona tu arrogancia, alfa.
—Lo sé —solo lo apretó más entre sus brazos y Jimin sonrió; Jungkook no ha cambiado ni un poco en esas semanas, al contrario, se hizo más cariñoso y mucho más apegado a su omega. Yoongi y Taehyung lo llaman "cursi" y tal vez lo sea, pero con el resto de la gente se ha modificado un poco su forma de ser. Es cariñoso con sus familiares, por supuesto, pero su arrogancia ha crecido bastante y a causa de su equilibrio con su lobo, a veces es un tanto gruñón o malhumorado, pero en el fondo sigue siendo ese mismo alfa alegre y fiestero de siempre, ese chico que aparentaba ser una beta y el mundo amaba.
Para Jungkook, ahora el mundo es su esposo, y mientras Jimin lo ame, él puede ser de la forma que quiera... todo está bien para él.
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Jimin estaba sentado con la espalda recargada contra la cabecera de la cama, leía un libro con sus anteojos puestos mientras Jungkook permanecía acostado, abrazándolo por la cintura y recargando la cabeza en su estómago, el omega acariciaba sus rizos descuidadamente sin despegar la vista de su lectura.
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where we land ᡴꪫ kookmin
RomanceJungkook es un alfa puro que se niega a serlo, rechaza sus instintos y por ello siempre ha pasado como beta, hasta que un accidente lo lleva a conocer a Jimin, un omega que enloquece a su alfa interior y remueve su naturaleza. O donde Jungkook queda...