Narrador omnisciente
Esa misma noche, la estrella enid habló con la luna, pidiendo con tanto desespero que le diera su favor a esta chica. La luna preguntó, pero ella solo dijo que ya no quería seguir contestando sus llamados.
Aunque la luna de tan ocupada que estaba, dijo que no podría y tendría que esperar. La estrella triste, se quedo mirando cada noche como es que la humana iba a aquel barranco, profesa su cariño por la estrella y tras dos veces a la semana intentar contactarla, se rendía y solo pedía perdón.
- oh estrella mía, de nombre enid y cabellos de sol -decía por quinta vez en la semana- te pido por favor que respondas mi llamada.
La estrella solo miro a la humana, deseando poder tocarla, ser humana junto a ella. La luna, si que se percató de esa triste mirada, ella estaba consciente que todas sus estrellas querían bajar y poder ser un simple humano.
- oh, enid mia, se que no soy tanto como para una deidad como tu -hablo nuevamente- eres mi luz, mi guía y no puedo ser si tu me ignoras, por favor estrella mia, hablame otra vez, que no me importa ser lastimada por alguien como tú.
Parecía que aquella humana estaba enloqueciendo, todos los humanos huyen del dolor. ¿Por qué está humana quería quedarse aún con alguien que no podía tener? ¿A alguien qué solo la dañaba?
Fácil, el amor nos ciega, y nos hace locos. La luna entendía eso, lo a visto muchas veces, tantas que ni con las miles de estrellas a su cargo, podría terminar de contar.
- extraño el calor que me brindas, estrella mia -dijo su tono era tan deprimido- por favor. Al menos dejame ver por última vez tus ojos, que quiero guardar mejor el recuerdo de este en mi pecho, besame por última vez, aunque me queme y muera, porque yo misma se en lo que me metí, y yo misma quiero morir por ti.
La luna comprendió, esta humana entrego sin saberlo, su alma y corazón a una estrella, una estrella que ella adoraba y protegía, pues esta estaba desdé un inicio, era su mejor amiga.
La luna sin pensalo bajo, llevando consigo a la estrella, estaba se negaba, pero la luna la obligó.
La peligra estaba de rodillas, orando como nunca a su estrella, pedía sin parar poder verla.
Cuando sintió un calor insoportable y una luz mucho más brillante. Emocionada se quedo de rodillas, hasta que de forma suave miro hacia arriba, mirando a una chica pálida, de cabellos plateados y ojos rojos.
- dime humana. -hablo de forma seria- ¿por qué hostigas a mi estrella?
- luna!, luna! No es lo que cree -comento nerviosa- yo.. Solo ruego ver por última vez a su estrella, que me a dejado tan encandilada, qué.. No puedo dejar de amarla.El suspiro, el brillo de sus ojos, dejaba ver que tan triste y desesperada estaba. La luna quiso reír, pero se aguanto.
- te daré lo que quieres, a cambio de que dejes a mi estrella en paz y de que me des tu fertilidad y alma -cometo de forma despreocupada-
- lo siento mi luna, pero no puedo cumplir dos de esas cosas. -alegó con pena- no puedo prometer dejar a esa estrella, menos mi alma.
- ¿por qué? -cuestiona-
- porque mi alma ya es de esa estrella, mi corazón y cuerpo anhelan estar junto a ella. Y si, se que no soy suficiente para una deidad como ella.. Pero puedo jurar con toda mi alma, que en verdad la amo.La estrella estaba avergonzada, estaba tan emocionada de esas palabras, pero también temerosa, no quería lastimar a aquella humana.
- bien. Dame diez años de tu vida, quince de tus reencarnaciones y tu fertilidad. -comenta con seriedad- y te daré lo que quieras. ¿Qué quieres?
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oneshot weinclair
De TodoMini historias weinclair. Uno que otro basados en canciones o ideas que se me ocurran, todo relacionado a el ship.