02. talking to her

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LA DEPORTISTA CORRÍA DE UN EXTREMO DE LA CANCHA, se encargaba de entrenar arduamente, daba lo mejor de si misma, estaba muy concentrada en ser la mejor y ser ganadora, bueno, ella y su equipo también.

Ya había perdido la cuenta de cuántas vueltas dio por la cancha, sus pies ardían ligeramente por el esfuerzo mientras el sudor caía por su frente, largos minutos pasaron antes de que se tomara un pequeño descanso.

Se acercó a la banca y tomo su botella de agua, dio un largo sorbo y se sentó en el suelo, estiró sus piernas con cansancio.
El entrenador le concedió el permiso de usar la cancha para entrenar un poco antes que el equipo, el hombre esperaba mucho de ella así que era a la cual le exigía más, la gran estrella del equipo.

—Loud.—el entrenador apareció.—Es suficiente por hoy y les toca clases a quinto año, debes desocupar la cancha.

La muchacha asintió y comenzó a tomar sus cosas, guardo todo en su bolso sin prisa alguna, sus energías estaban por el suelo.
Los estudiantes comenzaron a llegar y todos saludaron a Lynn con mucho ánimo, le deseaban suerte para el partido de basquetball que habría al siguiente día.

—Te iré a apoyar.—dijo una estudiante con tono meloso.

Lynn asintió con amabilidad y le agradeció, el gran grupo de chicas y chicos se esparció por la cancha entera, al tomar su bolso noto a O'Dair sentada en una esquina. Supuso que su amiga pelirroja no asistió a educación física y una parte de ella sabía que la razón era su amigo Zack.

"Deberías hablarle."

Si, debería.

Por otro lado, Willow estaba esperando a que formarán los equipos de quemados, escucho a sus compañeros hablar entre si, se acercó a el entrenador esperando que esté le indicara que hacer.

—Oh—el hombre noto la presencia de la chica. Miro al equipo de alumnos notando que estaban completos.—O'Dair, puedes jugar como suplente.

Y ahí estaba devuelta, debió haber dicho algo en el momento que armaron los equipos, pero no, y se olvidaron de ella cómo cual fantasma.

—Esta bien.—suspiró, daba igual, ni tantas ganas tenía de jugar.

Se sentó en la banca y observo el partido desde allí, era obvio que no tendría oportunidad de jugar.
Noto a una joven castaña a centímetros de ella, en un segundo reconoció a Lynn Loud, la deportista de oro de la escuela.

A veces deseaba ser como Lynn, y eso que no la conocía del todo, pero cada uno de los alumnos y maestros conocían su nombre, toda la escuela sabía quien era Lynn Loud, la gran deportista talentosa.

Lynn Loud ni siquiera debió verla como el resto.

Llevo sus rodillas a su pecho cubriéndose, tendría una larga clase sin compañía de Beth.

—Oye—una voz llamo su atención, Lynn estaba parada junto a ella.—¿No deberías estar jugando?

—Bien dicho, debería—soltó, la inspeccionó muy bien, joven castaña, alta, linda sonrisa.—Creo que no deberías estar aquí, no es tu clase, ¿Cierto?

Lynn le sonrió, asintió dándole la razón.

—¿Cuál es tu nombre?

A Willow no le sorprendió que no supiera su nombre, aunque si le sorprendió el hecho de que preguntará por el.

—Willow.

—Willow—repitió la deportista, como si lo analizará.—Bonito nombre, Willow O'Dair.

Alzo sus cejas sorprendida, ella jamás le dijo su apellido. Lynn carraspeo nerviosa.

—Lo oí el otro día.—se explico con rapidez.—Es bastante memorable tu apellido.

—¿Tu crees?—preguntó con cierto sarcasmo, no había nada memorable en ella, o al menos eso creía de ella misma.

—Si, un bonito apellido acompañado de un bonito nombre, no es fácil olvidarlo.

¿De dónde había sacado esa confianza para decir eso? No lo sabía, una vez que abría la boca le era muy difícil a Lynn no decir cualquier cosa que viniera a su mente.

Willow frunció el ceño, ¿Por qué le decía eso? No era común que la gente fuera diciendo cosas así, lo más fácil era suponer que se trataba de los halagos matutinos de una deportista popular, algo así como en las películas donde el popular halaga a todos el mundo, nada importante.

—Supongo que gracias.—se encogió de hombros, no sabía cómo reaccionar a un cumplido.

Lynn se tenso, sintió que la cago.
¿Ahora que debía decir? Era algo bastante obvio que Willow no era una persona muy charlatana.

—¿Estabas entrenando?—se animó a preguntar Willow, realmente no entendía por qué pregunto eso, es como si simplemente quisiera hablar con Lynn, y claro, ¿quien no?—Es algo obvio, mañana es el partido.

—¿Vendrás?—preguntó la deportista con cierto entusiasmo.

—No lo sé...—dudo.—No soy de asistir a los partidos.

Lynn asintió, eso era algo bastante obvio, de que ella asistiera ya la habría visto.

—¿Quieres jugar?—preguntó la castaña, esperando a que la chica aceptará, apuntó a su balón de voley.

Willow alzo sus cejas sorprendida, Lynn Loud le estaba invitando a jugar, la deportista más popular de la escuela le estaba invitando a ella.

—Si—acepto, aún sin creerlo.

¿Cómo era posible que Lynn le invitará a jugar a ella? Una popular hablando con la chica más invisible de toda la escuela.

Lynn sonrió contenta, jugaría volleyball con la chica que siempre robaba su atención, comprendió que quizás su desesperación por hablar con Willow se debía a querer entablar una amistad con aquella chica.
No sabría cómo explicarlo, pero algo en Willow era bastante llamativo, no entendía que era, simplemente no podía apartar sus ojos de ella aunque no quisiera admitirlo.

—Te advierto que no soy tan buena como tu—avisó la peli-negra.

—Eso veremos.

Lynn sonrió y comenzaron a jugar, para sorpresa de la deportista, Willow no era tan mala en voley, solo le hacía falta un poco de práctica.
La peli-negra tenía tiempo sin practicar, en todas las clases de educación física siempre quedaba como suplente en la banca, así que no jugaba mucho por así decirlo.

Ambas estaban concentradas en su juego que perdieron la noción del tiempo, Loud felicito varias veces a la chica por hacer buenos saques, ni siquiera se dieron cuenta de la mirada de algunos compañeros y compañeras.

¿Quien era la chica que estaba con Lynn?

Algunos no recordaban ni el nombre de Willow, apenas si notaban su presencia, lo único que la hacía resaltar en ese momento era estar jugando con la deportista estrella de la escuela.

Más siguieron jugando hasta escuchar al entrenador dar por finalizada la clase.

Willow estaba bastante feliz, jamás jugaba con nadie en educación física y no esperaba que la primera persona fuese Lynn Loud. Lo disfruto, no creía que volviera a ocurrir ello, quizás Lynn el día de mañana ya olvidaría su nombre y existencia.

El equipo de compañeros se fue dispersando, unas chicas se acercaron a ellas con curiosidad.
Llamaron a Lynn con desesperación, todas y todos parecían morir por la atención de Loud, Willow se mantuvo callada en un costado al notar la presencia de la mitad de sus compañeros.

—¿Quien es esa?—oyó a su compañera hablar, no es como si secretearan, hablaban tan alto como si quieran que todos oyeran.

—No lo sé...—murmuró su otra compañera, miro cortamente a Willow con disimulo.—Dudo que sea importante.

Trago saliva incómoda y lo siguiente en oír fueron una risas grupales, dejo el balón donde debía y se dio media vuelta para abandonar el gimnasio.

Ellas tenían razón, no era importante. Lynn estaba siendo rodeada completamente por el grupo y no quería meterse en eso para despedirse, dudaba que le importará a Lynn que no se despidiera.

Tomo sus cosas y simplemente se fue.

𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora