Incubador perfecto

25 La propuesta

Lewis se encontraba perdido mirando hacia las estrellas a través de la ventana de su cuarto, una de sus crías permanecía acurrucada en su regazo mientras él no le prestaba la mínima atención, el solo quería dejar pasar el tiempo mientras se perdía viendo cómo se alejaba más de su planeta natal.
No entendía por qué tenía que ser al instante en el que debía ser impregnado después de dar a luz, se sentía presionado y completamente abusado ante su cuerpo a tal punto en el que pensaba que toda su vida ahora seria solo eso, dar a luz y vivir como una herramienta.

Lewis escucho la puerta del cuarto abrirse y de este salió Gri el cual traía un dispositivo entre sus manos, sus pasos se acercaban a su cama detrás de el mientras el reptil se preguntaba extrañado de la mirada perdida que tenia su compañero hacia la ventana.

-No le estas prestando atención a tus propios hijos- comento Gri mientras trataba de ver el rostro de su compañero el cual ladeaba su mirada para no cruzarse con la de su compañero.

Pasaron minutos extensos en los que Gri intentaba hablar con su compañero y tratando de que este tan siquiera girara su vista hacia uno de sus crías las cuales permanecían dormidas en su regazo, como si este los despreciara y quisiera olvidarse de estos. Lewis por un breve momento de angustia mientras seguía mirando la ventana pudo dejar sacar un comentario quebrado en su voz.

-Tu me prometiste que me iría después de dar a luz- dijo entre lagrimas

-Yo no te prometí nada- aclaro Gri mientras trataba de sujetar su hombro, pero este se lo impidió apartándolo violentamente

- ¡Yo tenía la idea de que eso harías!- Exclamo Lewis enfadado mientras miraba con odio hacia los ojos asombrados de su compañero escamoso

- Como pensaste eso?, todo estaba a tu alrededor, ¿los demás incubadores no eran prueba suficiente de que te quedarías aquí? – Dijo Gri mientras trataba de dialogar con su compañero, hasta calmarse y tratar de entender mejor la situación, llego a un punto en el que el mismo comenzaba a incluso ponerse nervioso y actuar de manera errática contra su compañero humano.

...

-Lewis no quiero hacerte sentir así, pero debes entender que me asignaron hacer esto y no es que quiera hacerte esto porque quiero, es así las reglas que me han impuesto para cuidarte- dijo después de una larga pausa

-No me importa, mi especie nunca fue hecho para esto, ni siquiera yo debería de tener un bebe yo.... ¡como carajos sabría que había vida en otro planeta y que a esto se dedicaban!-

-Pero Lewis yo....-

-¡Vete al carajo!, preferiría ser asesinado y que mi cuerpo hubiese sido diseccionado que vivir las putas contracciones- grito al mismo tiempo que lanzaba una almohada directo a Gri mostrando su disconformidad-

-¡Lewis no sabes lo que dices, tu no preferirías eso para ti!-

-¿A qué te refieres?-

- ¡Me refiero a que tienes suerte de que fuimos nosotros quienes te encontraron y no otra raza! – Gri rompió en nervios sin querer mientras contenía sus más fuertes emociones

Pasaron minutos de silencio mientras los dos se miraban mutuamente, Lewis se dispuso a tomar la otra almohada y comenzar a abrazarlo mientras la idea de las otras razas más peligrosas que habitaban el espacio lo ponían aún más nervioso.

-Solo digo que otros seres de distintas naves pudieron dar contigo y hacerte algo mucho peor que esto, solo lo hacemos por un bien mientras que otros solo buscan hacer un mal injustificado, créeme que hay cosas peores que nosotros- menciono tratando de que Lewis pudiera comprender la situación incomparable con otra mayor que pudo haber vivido.

-Lewis, quiero calmare ahora mismo, pero debes comprender que al final solo tratamos de cuidarte, deja de tratar consolarte a ti mismo y déjame ayudarte-

Mientras abrazaba cada vez mas fuerte  la almohada trato de cerrarse tapando sus ojos y acurrucándose en la cama, completamente triste y tratando de no destrozarse aún más.

-Solo......lo que pienso es que nada de lo que me hacen ustedes es justo- aclaro Lewis, siendo esto una razón que Gri pudo escuchar para poder ayudar a su compañero, algo que tal vez sería difícil pero entendía perfectamente ya que ninguna raza se regia de las mismas leyes que otras, por lo que podía intentar hacer que se sintiera mas conforme en su entorno.

-mira podemos tratar de hablar con los altos mandos de la nave y así tal vez cambiar algo que a ti no te parezca bien-

Lewis abrió los ojos ante esto y al escucharlo no pudo sentirse mas aliviado, pero a la vez feliz, por un momento pensaba que tal vez podía mejorar las cosas y que pudiera hacerse respetar muy pronto, solo pensaba en las posibilidades que, aunque fueran posiblemente escasas que pudiera cambiar lo haría sin dudarlo.

-Pero la condición es que tienes que venir conmigo para que des tus propuestas, pero antes debo solicitar una reunión con ellos-

Gri se levanto y entre sus manos tenia el dispositivo el cual se agacho de nuevo para estar de nuevo a la altura de Lewis el cual había olvidado completamente porque lo había traído, pero al volverse agachar con un suspiro de incompetencia de volver a estar debajo lo extendió al costado de su compañero mientras este aun se encontraba despaldas de el acurrucado en su almohada.

-por cierto, debo darte esto-

Lewis lo tomo. Era algo que parecía ser una tableta ideal para el tamaño de las manos de un humano promedio, la pantalla de este se encendió por su sola y trasmitía distintos comandos en un español completamente perfecto para que Lewis pudiese leer.

-Es un regalo por dar a luz, con ella puedes buscar lo que quieras en la enciclopedia de tu planeta o de nuestra raza- explicó

-Y una cosa más, debido a que lograste dar a luz te proporcionamos libertad para pasear por la nave-

La compuerta se abrió y Gri le pidió permiso a Lewis para sujetarlo de la mano y guiarlo, este no acepto y se limitó a levantarse y salir del cuarto mirando los dos lados de los pasillos.

-ahora puedes irte sin necesidad que deba acompañarte, creo que conoces demasiado estos pasillos como para que necesites mi ayuda.

Lewis se animó a sí mismo para poder levantarse difícilmente pero al final se alejó de la cama y camino mientras la cría aun despierta dentro de su camisa se aferraba a su madre, las otras dos permanecía dentro del cuarto dormidas por lo que este aprovecho para caminar lentamente hacia lo largo del pasillo, por primera vez se sentía libre de estar encerrado en aquel cuarto, pero no porque se lo prohibieran, sino que el mismo aceptaba que quería permanecer allí y que no quería salir por mera rebeldía, pero primera vez podía salir por mérito propio.

Cómo siempre y en todas lasmañanas este aceleró su paso agarrando la cabeza se su cría pegándolo a supecho para moverse directamente a la cafetería donde pensaba que si el díaanterior había sido una mierda entonces lo podía olvidar pidiendo su pastel que tanto le decía olvidarse de su situación.