2.- Beta

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Holis!
Ayer empezamos esta historia y me olvidé de un detalle técnico: las publicaciones van a ser diarias!

Bueno... salvo que esté medio complicada con el trabajo (de las profesiones más insalubres: médica) y estudio (como no tengo un millón de cosas para hacer me puse a estudiar coreano 🙄) y bueno la vida misma...

Que lo disfruten!!!

Los leoooo!
Besooo
Besitoooo (lease con entonación de Barbie en Toy Story)

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Los primeros meses luego del accidente fueron muy difíciles para Amy y Jimin.

La pérdida de su lobo, había hecho que Jimin cayera en una importante depresión, alejándose de todos y todo. La lesión en el hombro de Jimin no le permitió volver a bailar hasta pasado un mes y eso no ayudó en nada a su ya decaído ánimo.

El psicólogo ayudaba, pero aún así el pequeño sentía que su vida no tenía mucho sentido. No quiso volver a bailar cuando le dieron el alta. Solo iba a la escuela y volvía a su casa a su habitación donde pasaba todo el día, todos los días.

Amy veía como su alegre y amoroso hijo poco a poco se transformaba en un muy serio y apático niño. Sabiendo lo ocurrido todos los amigos de Jimin lo trataban con lástima y eso solo empeoraba el ánimo de él, lo hacía cerrarse sobre sí mismo cada día un poco más.

Amy no lograba que su hijo quisiera hacer nada fuera de su casa. Así que junto plata y decidió llevarlo a ver al médico de Seúl que le habían recomendado.

El doctor Jung Seojun no les dijo nada distinto a los que él médico de Busan ya les había dicho, las esperanzas de que Jimin recupere su lobo eran cercanas al cero y dependían en gran parte de su destinado.

Aunque no todo parecía ser malo en el viaje a aquella gran capital. Los días que estuvieron en Seoul, Amy vio más animado a su hijo, mucho más de lo que había estado en todo ese tiempo.

Todos los días salían y paseaban. Conocieron lugares nuevos y de alguna forma la mujer pudo reconocer al alegre Jimin de siempre. Cuando le preguntó si le gustaba la ciudad Jimin simplemente dijo "aquí puedo ser solo Jimin, no un omega roto"

Las palabras de su hijo dieron mil vueltas en la cabeza de la omega hasta que un buen día, cuando ya estaban de vuelta en Busan, decidió que era momento de dar un giro a sus vidas y seis meses después del accidente le propuso a Jimin irse de Busan.

-Jimin cielo, podemos hablar? - dijo Amy durante la cena.

-Si... - contestó sin levantar la vista de su plato de comida.

-Verás surgió una muy buena oportunidad de trabajar en Seoul. Allí podemos rehacer nuestras vidas, hay buenas academias de baile y...

-Si! Vamos! - contestó Jimin emocionado.

-No lo tuviste que pensar mucho! - se rio Amy viendo por primera vez en meses a su hijo emocionado por algo.

-Mami, aquí la gente me recuerda constantemente todo lo que no puedo tener. Quiero ir a un lugar donde pueda buscar lo que sí puedo tener y concentrarme en eso - dijo Jimin casi en un tono de disculpas.

-Muy bien mi amor, eso haremos - dijo Amy abrazando a su hijo.

-Si? Si podemos? - preguntó emocionado Jimin.

-Si, de cualquier forma no hay mucho para nosotros aquí. Yo quiero que tú seas feliz cielo y si esa felicidad está en Seúl, allá vamos. Quien sabe lo que el destino nos tiene guardado allá - dijo la omega.

Feromonas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora