CAPITULO 3

12 2 0
                                    

Ethan

Odiaba con toda mi vida tener que levantarme para ir a clases, escuchar por horas hablar a alguien de temas que no te interesan es tedioso. Mi único entretenimiento recaía en los gemelos, quienes no dejaban de hablar de la chica nueva; Atsumu insistía en que le pediría salir y la conquistaría de alguna forma, al parecer le había llamado la atención su actitud de "no vine por amigos y no me interesa conocerlos". Los Miya seguían sin reconocer a Himegama – san como la chica que canto el viernes en la noche en aquel bar, esa noche tras su primer canción Atsumu se fastidio por no poder ver bien debido a la multitud que continuaba en aumento y que poco a poco nos fue alejando más del escenario; Osamu sugirió irnos hacia un lugar más tranquilo e incluso propuso ir a su casa para desvelarnos jugando videojuegos – cosa que si sucedió – y tras conversar un poco comentaron que por desgracia no pudieron ver muy bien a los integrantes o la interpretación que estaban realizando.

Seguía pensando en qué hacer con la información que tenia de la pelinegra, ¿Debería decirle algo? Pero por supuesto que no, yo no soy nadie para acercarme a ella y honestamente dudo que tan siquiera intente escucharme, en la preparatoria su actitud no era diferente al primer día, no hablaba con nadie y su semblante serio no se desvanecía con absolutamente nada, durante las clases se pasaba muy atenta, participaba en los momentos necesarios y su atención no se desviaba por ningún motivo, durante los almuerzos podíamos ver cómo era la primera en salir y no lográbamos encontrarla a simple vista, en alguna ocasión se quedó en el salón de clase, por desgracia para el gemelo rubio se había quedado profundamente dormida así que decidimos irnos y regresar con tiempo de sobra para poder que Tsumu hiciera el primer movimiento con su compañera de mesa sin embargo al regresar ella no estaba.

Tras el inicio de las clases podía ver a Himegama – san cabecear, al parecer se había desvelado, pero aun así disimulaba muy bien, de cierta manera sabía que ella sentía mi mirada y poco me importaba que pareciera un acosador, intentaba descifrar la ambivalencia de su nombre sin tener resultados aún. "Hana" fue lo que dijo esa noche, pero al parecer su nombre era "Haruko".

La hora del almuerzo llego con rapidez, los gemelos y yo procedimos a salir hasta que Tsumu se percató de que su objetivo aun no salía del aula de clases.

- Si aun no sale debe ser porque se siente sola ¿No creen? – Osamu puso los ojos en blanco y respondió un simple "déjala en paz", abrió nuevamente la puerta para entrar y nuevamente se encontraba dormida sobre la mesa, su cabello estaba desordenado y la corbata a medio poner – Mejor no, esperare a que despierte.

Dicho eso salimos nuevamente hacia el pasillo, donde Osamu inicio una charla acerca de comida, donde continuamente le pedía a Atsumu que fuesen a la cafetería y tras una nueva discusión de los gemelos decidimos bajar para comprar algo de comer. Mientras escuchábamos el plan de Atsumu acerca de cómo conquistar a la pelinegra me percate de que no traía el dinero, probablemente estaría en mi mochila así que luego de bajar desde el segundo piso y estar en la cafetería tenía que volver.

- Volveré en un momento, deje algo importante en el salón – los gemelos dejaron de caminar y me miraron divertidos

- No fastidies, dejaste el dinero arriba ¿no? – Como siempre Samu tenía la razón, di media vuelta en camino hacia lo que sería mi salvación de morir de hambre durante el tiempo que faltaba para irme a casa

Al llegar saque el dinero necesario y mi plan de irme se vio impedido cuando una chica se acercó a mí. O eso creía hasta que siguió de largo hasta el balcón del salón.

- ¿Necesitas algo? – pronuncio Haruko con un tono firme

- Venia por mi dinero – corté el contacto visual cuando sorprendentemente me sentí incomodo bajo su intensa mirada. Aun en contra de mi mente camine hasta estar a su lado en el balcón. Ahora me miraba de reojo, expectante. – Tienes linda voz – No lo pensé, pero por supuesto que no, solo salió de mi boca. Levanto su ceja hacia mi sin entender muy bien a que me refería.

• Spring Harmonies •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora