• Spring Harmonies •

CAPITULO 14

Conocerte

¿Jueves?, había un motivo por el cual no lograba recordar bien lo que había pasado desde el fin de semana hasta hoy, los medicamentos me mantenían dopada. Aún tengo vagos recuerdos de la noche en que ESA persona me ataco en Sendai, no sé cuánto tiempo pasó, pero sé que Ethan me salvo, otra vez.

En mi mente hay un par de lagunas donde no podía diferenciar entre mis pesadillas, recuerdos o algo que me habían contado tras despertar al día siguiente.

Las cosas que tengo claras son que perdí el conocimiento, no fui llevada al hospital porque durante el transcurso en que era llevada al auto balbuceé que solo quería ir a casa. No sé qué día desperté, sentí que dormí como una eternidad, pero en realidad la abuela menciono que era domingo, recuerdo claramente como me abrazo mientras lloraba a cantaros sobre mí, Ethan estaba tenso, cuando Umiko no estaba en condiciones de dar órdenes era él quien lo hacía, no es que eso le preocupara, sé que estaba intentando contenerse antes de cometer una locura. Tras el accidente Ethan se encargó de todo, el médico le indico que necesitaría reposo un par de días, receto un par de medicamentos para el dolor y me aconsejo poner una demanda ante mi atacante, posterior a ello solo recuerdo ser traída nuevamente a Hyogo, de estar nuevamente en casa con Ethan no recuerdo casi nada, solo que ha cuidado de mí. Sin embargo, anoche lo recuerdo con claridad, los tres idiotas que ahora eran mis amigos habían venido durante el tiempo que Ethan iba a buscarme algo para cenar, porque no había estado comiendo mucho últimamente. Me habían atacado con preguntas y comportándome como una niña había sido incapaz de hablar de manera adecuada. Me avergonzaba a mí misma, dejarme ver así por ellos, era patético.

Se negaron a irse hasta obtener una explicación, y el perspicaz de Suna dio con el chiste, al menos con una parte. Parecía a punto de querer tirar todo abajo cuando afirmé el hecho de que me había sucedido algo en Sendai y que fue uno de los motivos por los cuales decidí venir a Hyogo. Los gemelos se encontraban furiosos, y me prometieron que cuando me sintiese en la necesidad de hablar sobre el tema ellos estarían ahí para mí. Suna se encontraba más callado que de costumbre, su mandíbula estaba tensa, sus manos empuñadas, sus ojos estaban llenos de furia y estoy segura de que si hubiese podido lanzar fuego por la boca lo hubiera hecho. Cuando Ethan llego yo me ya me había encargado de que se fueran. Cene un poco e intente dormir.

Ahora estaba desayunando para enfrentarme a un día nuevo, regresar a clase, no sonaba para nada atractivo. Para mi fortuna la mañana estaba algo fresca, había maquillado los moretones del rostro, hoy usaría pantimedias negras, era la forma más eficaz de disimular los golpes en las piernas. Dolían menos, pero seguían siendo bastante llamativos. Ethan se encargó de dejar listo el desayuno en la mesa antes de que yo bajase, seguía estando tenso, odiaba verlo así. Se sentía impotente, habíamos tenido esa conversación de nuevo, la de demandar a mi agresor, que tuviese una orden de alejamiento, que hablara de todos aquellos abusos que durante años estuve soportando. Sin embargo, seguía siendo incapaz de hacerlo, sentía que estaba mal, que no debía de hacerlo, que en algún momento todo cambiaria, aunque realmente esa pequeña pizca de esperanza se encontraba muriendo dentro de mí.

El timbre de la puerta sonó, me levante para abrir la puerta, aun dolía un poco mi pie, pero estaba bien, una fractura hubiera sido peor. La sonrisa de Atsumu me recibió, Osamu se encontraba detrás de él y a su lado Rintaro.

- Buenos días, Haru bonita – Saludo el rubio

- Esto no puede ser cierto – Murmure

- Como estábamos cerca pensamos en que sería mejor que fuésemos juntos – Acoto mi amigo

- Está bien, déjenme vuelvo por mi mochila – En la mesa de la cocina Ethan me miraba curioso – Los chicos vinieron por mí, iré a clases con ellos – Asintió