Cabalgaba el caballo junto a Lagertha y mi hermano Bjorn y otros guerreros de Hedeby, donde madre era conde.
- ¿Por qué tienes esa cara? - Preguntó Bjorn a mi lado.
- Hace veinte años que no lo vemos y puede que ni nos recuerde - Dije sincera preocupada por mis propios pensamientos.
- Lo hará - Fue lo único que respondió.
- Gyda también - Susurré recordando a nuestra hermana.
El viaje a caballo se hizo mas largo de lo que esperaba, la noche se acercaba y debíamos llegar al punto acordado entre madre y Ragnar.
El sonido de más caballos acercándose nos sobresaltó, entonces lo vi, era Ragnar, con un semblante serio pero divertido al mismo tiempo, como le recordaba.
- ¿Desde cuando mi ex mujer es el Conde Instad? - Preguntó Ragnar con gracia.
Madre se rió.
Su mirada expresaba alegría y anhelo, sabía y me había confesado en numerosas ocasiones que nunca jamás dejó de amarle, incluso después de tantos años.
- Quiero ir a Wessex contigo y con mis hijos - Respondió Lagertha bajándose del caballo, al igual que hizo Ragnar y también Bjorn.
Ragnar se acercó a su hijo y se fundieron en un abrazo.
- Veo que tú madre te ha cuidado y alimentado bien - Dijo mientras observaba como Bjorn se había convertido en un hombre alto y fuerte.
Entonces me miró a mí, yo era más pequeña que mi hermano cuando dejamos Kattegat, tenía cuatro años exactamente, debo de haber cambiado mucho.
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- Frida - Dijo Ragnar acercándose a mí caballo.
No sabía que sentir, nunca le había perdonado por abandonarnos, porque así lo sentía yo.
Me bajé del caballo y quedé frente a el.
- Hola Ragnar - Dije mirándolo.
Se acercó a mi y dejó una mano sobre mi mejilla, acariciándola.
- Cautivarás demasiados corazones en Kattegat - Dijo sonriendo.
Bjorn bufó y Lagertha río, ambos me conocían demasiado bien.
Ragnar levantó una ceja por eso, el no me conocía.
- Hasta que la conozcan - Río Bjorn.
Ragnar, finalmente me abrazó, no supe hasta ese momento que la falta que me había hecho, su figura de padre, aunque no lo fuese realmente.
Con Lagertha era diferente, ella me había criado y cuidado siempre y ella me convirtió en la mujer que soy hoy, una guerrera, sin miedo ni temor a nada.
- Vayamos a Kattegat - Dijo Ragnar subiéndose a su caballo.
Todos le seguimos, aunque Bjorn y yo nos quedamos detrás de ellos, se debían una conversación y queríamos darles privacidad.
