• Masacre •

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- ¡Retiraos! ¡Vamos! - Escuché gritar a Lagertha.

Miré a mi alrededor buscando a Ragnar con la mirada.

No encontraba ni a mi hermano ni a él.

Peleé con más hombres mientras me habría paso entre la multitud. Debía encontrarlos.

Escuché un grito y me giré viendo a Bjorn caer al suelo con una flecha clavada en su pierna. Corrí hasta él y lo ayudé a levantarse mientras esquivaba las espadas de los ingleses.

- ¡Madre llévatelo! - Grité con todas mis fuerzas.

Lagertha paso los brazos por su cintura y arrastró a Bjorn hasta uno de los barcos.

- ¡Rolo! - Era la voz de Ragnar.

Rolo luchaba con varios hombres a la vez, vi a Ragnar avanzar hacia ellos.

Corrí con todas mis fuerzas, Ragnar tenía varias heridas, cojeaba y se llevaba la mano al abdomen. No podía dejar que muriera.

- Hay que irse Frida - Unos brazos me sujetaron y me aparté de ellos.

Ubbe no pudo frenarme y corrí hacia ellos.

Rolo estaba malherido, en el suelo, contra Ragnar luchaban tres hombres. Iban a matarlo.

Lancé mi hacha y derribé a uno de ellos, llegué al lado de Ragnar y luché junto a él consiguiendo salir victoriosos.

- Corre al barco - Me dijo Ragnar esquivando más golpes.

Negué.

No iba a dejarle.

- Al menos nos iremos juntos al Valhalla - Dije mirándole a los ojos.

Ragnar me miró por unos segundos hasta que un guerrero inglés consiguió lanzarlo al suelo. Otros dos hombres me tenían acorralada, peleé con todo mi espíritu para librarme de ellos, me habían cortado en las piernas y estaba más débil pero aún así no me detuve.

- ¡Ragnar! - Grité cuando vi que uno de los guerreros estaba a punto de alcanzarlo por la espalda.

Ragnar me miró sin girarse.

Quería morir.

Apreté los dientes por el dolor que me causaban mis heridas pero corrí lo más rápido que pude y me interpuse entre Ragnar y él guerrero inglés.

Levanté mi hacha y se la clavé en la cabeza al guerrero pero habia sido demasiado tarde. Al mismo tiempo, una espada me atravesó el abdomen.

- ¡No! ¡Frida! - Escuché gritar a Ragnar tras de mí.

Dejé de sentir el dolor en las piernas, mi cuerpo caía hacia el suelo y el golpe nunca llegó, mi cuerpo reposó sobre los brazos del hombre que hace veinticuatro años me adoptó.

- No cierres los ojos hija mía - Susurró.

Después de escuchar la voz de Ragnar no recuerdo nada más.

Creí haber muerto en ese momento por salvarle la vida, hasta que horas más tarde volví a abrir los ojos, estaba en uno de los tantos barcos.

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Frida Tryggvason •UBBE LOTHBROK•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora