El sol de otoño brillaba con suavidad mientras Tom Riddle y Dorien Karvagiannis caminaban por el sendero hacia la mansión Black, con Harry corriendo alegremente delante de ellos. El pequeño saltaba sobre las hojas secas, riendo mientras estas crujían bajo sus pies.
—¡Maná, mira, mira! —exclamó Harry, levantando una hoja dorada que había encontrado en el suelo, con una sonrisa que iluminaba todo su rostro.
Dorien se inclinó para tomar la hoja y sonrió.
—Es una hermosa hoja, cariño. Estoy seguro de que a Regulus le encantará verla.
—¿Crees que me comprará más juguetes hoy? —preguntó Harry con inocencia mientras miraba hacia la imponente mansión que se alzaba frente a ellos.
Tom soltó una leve risa, su mirada cálida se suavizó al ver a su hijo tan emocionado.
—No lo sé, Harry. No deberías esperar que siempre te compre algo cada vez que lo vemos.
—Regulus tiene la mala costumbre de mimarlo demasiado, —añadió Dorien, con una sonrisa irónica dirigida hacia su compañero—. Aunque debo admitir que es difícil resistirse cuando Harry lo mira con esos ojos.
Al llegar a la puerta, antes de que pudieran llamar, esta se abrió de golpe, revelando a Regulus Black, su cabello oscuro perfectamente peinado y sus ojos brillando de emoción al ver a su sobrino adoptivo.
—¡Harry! —exclamó Regulus, abriendo los brazos. El niño corrió hacia él, lanzándose en sus brazos sin dudarlo. Regulus lo levantó con facilidad, girando en un círculo mientras Harry reía—. ¿Cómo está mi sobrino favorito?
—¡Bien! ¡Mira lo que encontré! —Harry le mostró la hoja con orgullo.
—¡Es preciosa! —dijo Regulus, fingiendo admiración absoluta—. Vamos a colgarla en un lugar especial en la casa.
Tom negó y Dorien se acercó con una sonrisa.
—Regulus, por favor, no lo consientas demasiado, —dijo Tom con un tono suave, pero con una advertencia subyacente.
Regulus levantó una ceja, con una expresión burlona.
—¿Yo? ¿Consentirlo? No sé de qué estás hablando, Tom.
—Sabes perfectamente de qué hablo, —intervino Tom—. La última vez que lo dejamos contigo, volvió con tres nuevas escobas de juguete y una colección de criaturas mágicas de peluche.
Antes de que Regulus pudiera defenderse, otra figura apareció detrás de él, su cabello negro y su expresión estoica. Severus Snape, el maestro de Pociones, observó la escena con una mezcla de exasperación y afecto oculto.
—Si lo sigues malcriando, Regulus, nunca aprenderá a estar satisfecho con lo que tiene.
Regulus puso los ojos en blanco.
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ᏋRᎧS & Ágape━━ Tom Riddle & Male Reader
FantasyTom Riddle no siente empatía por nadie. Callado, astuto y con un corazón algo malvado, el alfa prefiere la soledad y seguir los planes que se le han dado al ser el heredero de Salazar Slytherin, o era así hasta que un omega se involucra con él. Dor...