Minji es una alfa muy popular y engreída, demasiado inmadura y petulante. Haerin, sin embargo, es pura, adorable e inteligente, una omega muy independiente.
O donde las amigas de Minji le apuestan a que salga con la omega menos interesante y más fea...
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Cuando llegan, casi todos los asientos del estadio están ocupados, pero sus hermanos les apartaron los mejores lugares, casi al final de todo. Haerin se sienta entre medio de Somchai y Jiyong, hay un gemelo en cada punta y Hanni se sienta justo al final de todo, en la parte que da al pasillo. Los gritos de las personas hacen que sus tímpanos se quejen, estuvo dos largos días en su miseria y en completo silencio, maldita sea.
—Pensé que no vendrías, Rin —Somchai le dice y la empuja un poco con su cuerpo. Él tiene un gran moretón en el ojo izquierdo, pero se sigue viendo como un alfa atractivo.
—No iba a hacerlo, solo vine por Hyein-ssi —sonríe a medias y su vista viaja al campus.
El maldito momento exacto en el que los jugadores salen al campo, Minji está ahí y aún no se siente preparada para verla, pero se recuerda una vez más que está aquí por Hyein. Minji es la primera en salir y todos sus jugadores la siguen, la maldita de Siwoo también sale, con su estúpida sonrisa arrogante. Haerin quiere arrancarle todos los dientes.
—Siwoo me cae del asco —suelta con veneno y hace arcadas forzadas, sus hermanos alfas se tensan en su lugar y sonríe por eso. Bingo.
—¿Qué te hizo? —Jiyong pregunta con su ceño fruncido y su voz tensa, ella sabe. Aunque Haerin suele quejarse de sus hermanos sobreprotectoros, en momentos como estos los ama tanto.
—Ella planeó la tonta apuesta con la idiota de Minji —escupe entre dientes y guía su mirada hacia Yunjin y Rora—. Y siempre se comportó como una maldita idiota conmigo —hace un puchero y pone ojos de cachorrito—. Me cae mal.
—A mí también entonces —Somchai dice y traga, su mandíbula se tensa y le da una mirada rápida a Jiyong. Ambos asienten y le dan una sonrisa—. ¿Quieres palomitas y algún refresco, gatito? —asiente, le dio los snacks a los gemelos.
—Sí, por favor —sonríe y sus ojos se achican a sus costados. Somchai se levanta y ni bien se separa de ella, Jiyong se pega a su costado, justo donde estaba Somchai.
—¿Hicieron un cartel para Hyein-ssi? —grita sobre el ruido a Hanni, el partido está por empezar y todos se alborotan. Ella asiente con una sonrisa.
—Lo tiene tu hermano debajo de su lugar —apunta con su cabeza al gemelo que está en la punta y él comienza a pasarle el cartón pintado con corazones, brillos y grandes letras blancas que dicen: ¡Vamos, Vamos! ¡Te amo, mi princesa Hyein!
—Oh, Lunas, este es aún peor que los anteriores —ríe y los alfas la acompañan—. No quiero levantar esto, joder, que vergüenza.
Pero lo hace, se para de su lugar y mueve el cartel en dirección a Hyein, finalmente la encontró entre el mar rojo de jugadores, está junto a Yunjin y Rora. Desde lejos ve como las tres ríen y ella mueve el cartel de un lugar a otro, una sonrisa sincera viaja a su rostro por primera vez en días y siente a su omega removerse en su interior y largar feromonas. Mierda, no tomó los inhibidores de olor.
