-Soy un témpano de hielo, pero este amor me esta entibiando.
-El hielo que había en mi pecho se partió en mil pedazos.
-Que difícil aceptar, que alguien pueda transformar el frío de este corazón, que al igual que el hielo va a quemar.
-De hielo.
-Cuarteto de Nos.La noche había sido larga, entre gemidos, jadeos y embestidas rudas, llenas de deseo y súplicas, el alba había llegado, asomándose por la ventana de aquel departamento.
Victor fue el primero en despertar, era temprano, demasiado temprano, y había decidido hace unas horas atrás que se daría el día libre, el molesto toque de puerta constante fue lo que lo hizo abrir con irritación sus párpados.
¿Quien demonios estaba en su hogar a esa hora? Debía ser un gilipollas vendiendo alguna mierda que no le importaba comprar, y decidió ignorar el sonido, abrazando con más fuerza al rubio que dormía impasible en su pecho desnudo y lleno de marcas.
El sonido insisten lo hizo suspirar enojado, dejando con delicadeza a Gustabo, quien abrazo una almohada imperturbable, se levantó, tomando unos pantalones de pijama y una camisa, vistiéndose en el trayecto.
-¿Quien coño.. -Su rostro antes caucásico paso a blanco como una hoja, la sangre se le heló al instante al ver al mismísimo Jack Conway frente a él.
-Jefe..
-Buenos días, nenaza, ¿has dormido bien? Anormal, ¿es tu día libre? ¡A que te meto una hostia por capullo! ¿sabes el maldito caos que hay en comisaría? Y más encima te quedas dormido, eres un....
Ni siquiera escucho su casi eterno regaño, solo se quedó ahí, completamente estático, recordando como se había follado al hijo de su jefe en todas las jodidas posiciones que se les ocurrieron. Atino a mirar su techo, rezando en los santos que no creía para poder sobrevivir si su jefe se enteraba.
-privet...
-¡Te voy a meter tu privet por el culo a hostias, anormal!
Empujandolo, jack se abrió paso en su departamento, se tenso aún más, cerrando sus ojos con pánico interno, soltó un suspiro tembloroso y cerró la puerta, volteando hacia Conway, quien, se dejó caer derrotado en su gran sofá (donde había recibido el mejor sexo oral de su vida, por cierto) y lo siguió en silencio, recordando cada fragmentos de lo que pasó anoche y la madrugada del día de hoy.
-Necesito tu jodida ayuda, otaku de mierda..
Nervioso, se sentó frente a él, prestando atención a sus problemas, era cercano a su jefe, después de todo, habían convivido por muchos años, las misiones en el CNI los hicieron tener una relación más cercana y poder apoyarse mutuamente en situaciones difíciles de la vida, eran grandes amigos.
-No se que coño hacer con el anormal de Gustabo, me odia.
Claro, Gustabo, sonrió levemente al escuchar aquel nombre, Gustabo era quien le había robado el corazón, a quien había deseado besar tan atrevidamente y llamarlo suyo desde hace ya un tiempo..
Recordar como las cosas entre ellos habían escalado tanto lo hacia tener un calor agradable en el pecho, su sangre fría se calentaba y su corazón congelado iban entiviandose poco a poco.Podía decir sin reparos que amaba al rubio, con sus actitudes altaneras, sus sonrisas juguetonas, su forma de coquetearle, sus besos cariñosos, los momentos en donde solo se hacían compañía en la soledad, la manera en la que lo miraba y como respiraba.
Todo de él me encantaba de una manera única, lo hacía adicto al olor de su cuerpo, lo tensaba en segundo el tacto de su piel contra la de él, le hacía experimentar una emoción tan estimulante y deliciosa que sus ganas de abrazarlo, besarlo y hacerle el amor parecían no desaparecer nunca.
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《Así es la vida》
FanfictionTras descubrir que era hijo del mal encarado de Jack Conway, Gustabo García, se había hundido en un océano de frustración e inseguridad, la única luz que logra ver en su camino, es reflejada por Michelle Evans, su tía materna, a quien empezó a consi...