《Así es la vida》

Pasado II

"-Was I meant to feel happy that my life was just aboutto change?
-Are you satisfiedwithan average life?."
-Are you satisfied?
-Marina

Michelle subió al ascensor, tronaba sus dedos con ansiedad, habian pasado dos días desde que la noticia entre el parentesco entre Gustabo García y Jack Conway se había revelado.

Estaba preocupada, no había sabido nada de Gustabo desde ese martes en la noche que lo dejo frente al edificio de su departamento y empezaba a inquietarse, pensaba que tal vez pudo haber escapado, no lo señalaría, estaba en su derecho de irse si así lo quería, pero su deseo de abrazarlo era más fuerte.

Toco la puerta del departamento al estar frente a ella.

~Toc, toc.

Nadie respondió a su llamado.

Ihnalo angustiada, con un escalofrío recorriendo su cuerpo, tomó la perilla y su pecho se oprimío al sentir como la puerta de abría sin ningún tipo de esfuerzo.

Corrió con un nudo en la garganta dentro del departamento, ahogo un jadeo cuando observo los muebles destrozados, pedazos de vidrio rotos junto con algunas gotas de sangre en la alfombra de la sala.

Su corazón golpeo su pecho con desesperación, trago grueso mientras caminaba lentamente siguiendo los rastros de sangre, sus pupilas se dilataron al encontrar a Mattias en la bañera de la habitación, con su ropa mojada y algunos vidrios incrustados en sus antebrazos.

Un sollozo salió de su garganta, y junto con él, las lágrimas que se había guardado desde que lo encontró.

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[Hace dos días, martes en la noche, departamento de Gustabo García. ]

Las piernas temblorosas lo hacían tropezar en su trayecto a la puerta de su hogar, su respiración acelerada y la sofocación en su nariz empezaban a fastidiarlo, se mordió la lengua para poder contener un sollozo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas tan pronto como entró a su departamento, tomó su cabeza con ambas manos, el dolor punzante lo estaba asustando.

-¡Ahhhh!- Grito con rabia y sofocación, sentía que sus ojos ardían, gotas de sangre resbalaron por su nariz sin que lo notará.

Camino torpemente por la sala de estar, derribando en el proceso una mesa junto con los jarrones que decoraban la habitación.

-¿Por qué él sí es especial, Conway? ¡¿Por qué es él mejor que yo?! ¡¿Acaso no soy suficientemente bueno?!-juraba que no le importaba, que le tenía sin cuidado, pero su pecho dolía y su garganta ardía de tanto gritar, pequeñas gotas de sangre salieron de su nariz.

-Primero me abandonas... y luego me haces de lado... ja, soy un gilipollas por pensar que llegaría a importarte al menos un poco..

Los jadeos y sollozos aumentaron de volumen.

No pensaba que fuera a afectarle de esa manera, más sin embargo, su ataque de pánico estaba yendo demasiado lejos.

No podía respirar, trato de hacerlo, corrió hasta el baño para intentar relajar su cuerpo con agua, entró a la bañera con agua helada, sus ojeras estaban rojas, sus ojos inchados y sus labios sangraban por lo fuerte que los había mordido para tratar de menguar su llanto.

No entendía, no podía entenderlo, la sensación de culpa por alguna razón lo azotaba fuertemente, sentía que no estaba haciendo su mejor trabajo.

Quería ser reconocido y que por una vez en su vida no lo llamaran inútil, pero en su lugar, sólo recibía insultos, amenazas de muerte y golpes.