Ezra
El alivio me cae como un balde de agua fresca en una tarde de verano. Tengo que suspirar por lo bajo. Esto nos trae una nueva perspectiva, cosas que podemos cambiar. Con esto podemos tirar una nueva mano de cartas. Eso significa que no la tendrán aquí, que no será su prisionera.
De haber sabido con anterioridad toda esta información, pude cambiar la situación desde un inicio y eso es algo que mi pequeña Trea y yo, tenemos que revisar.
—Llévatela —ordena Leibda de nueva cuenta.
Y esta vez no permitiré que nada me detenga. Mi mano está bien afianzada a su brazo, la jalo con cuidado. Las puertas son abiertas por los guardias que ahí yacen.
No dudo en la capacidad de Louis y Belcebú al manejar la situación de aquí en adelante.
—Abejita —sisea el tipo ese obligando a Chantre a dar un respingón—, mantente despierta, iré a verte en un rato —y suena a amenaza.
Chantrea no contesta, me obliga a caminar, aunque justo ahora siento mis pies anclados al piso, están así por la necesidad imperante de golpearlo. No lo haré, no cuando estoy tan cerca de sacarla de aquí.
Pero aquí nada es sencillo, ¿no?, así que debemos apurarnos.
Las puertas se cierran cuando las pasamos y suelto una bocanada de aire que me había estado conteniendo durante todo este rato, dejo de apretar su brazo, aquí ya no es necesario.
Chantrea no dice nada, continúa caminando unos pasos delante de mí. Sé que no dirá nada hasta llegar a la "seguridad" de su habitación. Es inteligente, después de todo pueden haber oídos por todas partes en este maldito lugar.
Aprendí de inmediato el camino a la horrible torre donde la tienen, no es que este escondida ni que el camino sea difícil. Realmente es seguir el camino del jardín hasta donde las luces se opacan y oscurecen, tienes que pasar por un estrecho pasadizo oculto hasta que las escaleras comienzan a tornarse más anchas.
Subimos las insulsas escaleras en silencio.Hay dos guardias apostados en cada lado de su puerta. Cuando me ven agachan su cabeza. Supongo que Gremorian tiene que ver con el asunto así que en realidad no me detengo a pensarlo demasiado.
Ellos abren la puerta para Trea quien se desliza de inmediato, sigo sus pasos, entrando en la habitación, cierro detrás de mí. Dejo que mis sombras hagan lo suyo, insonorizando la habitación, dándonos un plus de privacidad.
Trea suelta un suspiro tembloroso por fin, su cuerpo tiembla terriblemente. Camina de un lado a otro, la veo tragar saliva.
—Supongo que tenemos asuntos que tratar, Trea —suelto con suavidad.
Ella voltea hacia mí. Detiene la caminata que mantenía de un lado a otro. Traga saliva al tiempo que suelta otro suspiro tembloroso. Esta no es la Chantrea fuerte que conozco. Algo está mal.
No dudo cuando la tomo en brazos, cuando siento su cuerpo temblar en mis brazos.
—La única forma de deshacerse de la unión es matar a uno de los participantes de esta —suelta y entiendo su temor.
Una risa sale de mis labios y mi corazón da saltos de alegría.
—¿Te preocupas por mí, Trea? —pregunto con cierta sorna.
Separo un poco su cuerpo del mío, mis manos sostienen sus brazos. Sus ojos brillan, cuando me ve.
—Eres un demonio idiota engreído —gruñe haciendo un mohín, desafiándome con sus ojos.
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Un trato con los ángeles (2da parte) |TERMINADA|
Teen FictionChantrea ha descubierto un armario lleno de los cuerpos que la representaron en años pasados. El culpable esta frente a ella, con esos ojos dorados, sirviendole todos sus deseos en una bandeja de plata. Solo debe morder la manzana y decidir ser de é...