Chantrea
El dolor está pudriéndome por completo, mi cuerpo arde como si alguien estuviera rociando la herida con algo más fuerte que el alcohol.
—Muerde esto —Dantia me pone algo en la boca, pero ni siquiera puedo abrir los ojos.
Siento cierto sabor en mi boca, no lo logro distinguir, tengo el penetrante sabor de la sangre en la boca.
—Va a doler —avisa ella.
Aprieto la cosa que tengo en la boca mientras mis manos aprietan el cuero de la camilla donde me encuentro. Carajo es demasiado, esto es demasiado doloroso hasta para mí. Siento como unas manos me mantienen de lado y hago puños mis manos. Por dios, ya paren con este maldito dolor.
—Todo estará bien, Trea, aquí estoy —esa es la inconfundible de Ezra.
Dios, él no debería estar aquí viendo como estoy perdiendo una batalla desastrosamente.
Algo dice Dantia y otra cosa le contesta Ezra, pero los sonidos ya están demasiado lejos para que siquiera pueda entenderlos del todo. Siento como pierdo fuerza, como mi respiración se va mellando, como ya ni siquiera puedo apretar mis manos.
Tienen que pagar, los que me hicieron esto tienen que pagar, es lo que pienso cuando un dolor me atraviesa, es crudo. Grito con fuerza, me desgarro las cuerdas vocales, el ardor me consume, el dolor me traga, no deja nada de mí.
—Despierta, Trea, por favor, Trea, no te vayas, ¡Trea! —es Ezra, pero no puedo moverme. Estoy consumida.
El sabor a sangre me llena por completo, un zumbido se apodera de mi cabeza, mi visión se vuelve borrosa y el dolor me paraliza... hasta que todo se vuelve negro y no veo nada más.
Ezra
Mis manos están llenas de su sangre, sangre que no debería estar en mis malditas manos.
La veo descansar en la cama, con la herida bien curada, su respiración esta estable y Amelia coloca con cuidado otro paño húmedo en su frente. La ha estado cuidando desde que la traje a casa.
—Deberías limpiarte —dice Amelia con ese tono neutro.
Tiene una toalla húmeda en su mano que comienza a pasar por el cuello de Trea, se esta encargando de mantenerla fuera de un estado febril.
Por fortuna su padre esta mejor, aunque por poco perdía la vida, esa flecha estuvo peligrosamente cerca de su pecho, sin embargo, es un ángel natural, aunque las flechas contenían veneno para ángeles, su padre es más fuerte y resiliente, así que por lo menos él ya está despierto.
Vuelvo a ver la sangre de Trea sobre mis manos, mi ropa y la furia que he estado manteniendo sumergida brota con toda su fuerza, dispuesta a cobrar las vidas de quienes le hicieron esto.
—Cuídala —le pido a Amelia—, que nadie entre y nadie es nadie —advierto—, mátalos de ser necesario.
—Ezra —advierte Amelia.
—Es una orden —reclamo mi posición y ella no dice nada más, no tiene por qué.
—¿Qué le digo si despierta? —pregunta en un tono más bajo.
Me pongo de pie, ladeando la cabeza.
—Que he ido a matar a todos sus demonios —no pienso permitir que le hagan daño y salgan impunes, sean quienes sean.
Salgo de la habitación, Max y Halley están en el pasillo, esperando, ambos me ven, no necesitamos mediar palabra, ellos la seguirán ciegamente a donde sea y este ataque es un ataque para ellos también. Comienzan a ir tras de mi sin decir absolutamente nada. No los necesito, pero los dejare tomar parte.
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Un trato con los ángeles (2da parte) |TERMINADA|
Teen FictionChantrea ha descubierto un armario lleno de los cuerpos que la representaron en años pasados. El culpable esta frente a ella, con esos ojos dorados, sirviendole todos sus deseos en una bandeja de plata. Solo debe morder la manzana y decidir ser de é...