Siete

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Baruc se encontraba en la puerta con varias bolsas en sus manos, no sabía que responderle

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Baruc se encontraba en la puerta con varias bolsas en sus manos, no sabía que responderle.

—¿Me dejas pasar? —asentí, me costaba hablar con las personas por no saber que decirles.

—Te veo mejor que el primer día, seguramente estás comiendo bien por eso te traje de lo que produzco en mi tierra. Discúlpame por no venir a visitarte antes pero estaba ocupado en unas cosas.

—Escuché en el pueblo los rumores de la mujer que da miedo y está llena de cicatrices, no les prestes atención que la gente siempre habla sin saber las cosas.

—También me he percatado con tan poca interacción que hemos tenido que tienes muy poco desarrollo de lenguaje por eso he venido a ayudarte, supongo que el dinero de tu bolsa se está acabando también así que dime, ¿que sabes hacer?, así puedo ayudarte y lo vendes.

Lo único que sé son crear patatas y crear veneno por mis flores tóxicas, no puedo decirle eso.

Pero sembraba patatas, era lo único que me salía a la perfección aunque el producto final siempre está manipulado por mi poder por lo que al solo tocar la tierra con la patata en la planta se hace perfecta.

—Puedo sembrar patatas.

—¿Patatas? eso es increíble justo traje unas semillas, puedes sembrar patatas y venderlas, se venden muy bien.

Asentí y lo ví dirigirse a dónde ocultaba mi carne y frutas, abrió una puerta pequeña que jamás abrí y saco un vaso luego abrió su bolsa y saco una botella con un líquido extraño, jamás lo había visto.

Me sirvió de eso en el vaso y me lo dió, creo que notó mi rostro de confusión a todo lo que hacía y me daba, empezó a explicarme cada cosa con sus nombres, colores y sabores.

Ya sabía que eso era leche y era de color blanco, su sabor y textura era dulce y suave aunque se sintió conocido en mi paladar.

—¿Te has bañado? —¿aquí podía bañarme?

Negué con la cabeza, lo ví suspirar.

—Cúentame un poco el como te trataba tu señor, creo que debemos trabajar en muchos aspectos.

No le dije muchas cosas que pudieran delatarme, solo que me bañaba una vez al mes, lo que comía todos los días, dónde dormía y la poca luz que había todo el tiempo en el sótano, los castigos diarios cuando era rebelde como los caballos, su rostro era inexplicable.

—De acuerdo empezaremos por el agua, gracias a los inventos de los bandidos antes de su destierro nos dieron formas de almacenar agua sin necesidad de ir a los pozos, siempre tendrás agua siempre y cuando llenes el cubo que almacena agua por un buen tiempo, llenarlo no es tan difícil y el pozo se encuentra cerca.

De pronto camino hasta lo que me explicó era la cocina y abrió una llave dónde salió agua, jamás había visto tanta junta.

Me explico todo lo que había en la cocina, vasos, platos, cucharas aunque yo no sabía comer con una cuchara, era muy difícil.

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