En el reino del sur ocurrió un hecho que marcaría la vida de todos los ciudadanos y reinos del mundo entero cuando la heredera, la princesa de solo tres meses de nacida fuese raptada en su cuna mientras sus padres dormían.
La niña sería oculta y exp...
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¿Que se suponía que tenía que hacer ahora? Ese hombre claramente la estaba tachando de algo malo, ahora estaba mojada mientras la estaban amenazando sin saber que hacer.
¿Cómo soluciona las cosas sin violencia?
Suspiro fuertemente una vez más en ese día donde se sintió alerta con esos príncipes del sur y ahora con ese hombre de sombrero extraño que parecía que se iba a volver loco con su presencia, sí ella sabe que es horrible pero no es para tanto.
Todos se detenían y observaban la escena con asombro mientras que ella estaba estática sin saber que hacer al respecto, no le salían ni las palabras.
—¿Que es todo este alboroto? —preguntó el general Washio que entró por haber escuchado los gritos desde afuera.
—Oh general saque a esta rata de mi cocina, llego a robar alimento de mi preciada cocina —exclamó el hombre a gran voz con poses y muecas demasiado extrañas, en ese momento quería cerrarle la boca y me sentía molesta por las mentiras que decía.
Washio me miró fijamente y suspiro.
—Moris ella es Emma la señorita encargada de los cultivos de patatas, tengo entendido que tenía que venir a avisarle sobre la pronta cosecha —comentó mientras miraba al hombre.
Tenía que ser el jefe de cocina, que bien.
El hombre me miró sorprendido como si no creyese las palabras del general. —No lo sabía, gracias por aclararlo gran general.
El general Washio asintió y se despidió, ahora me quedaba sola con él de nuevo.
—Como sea escuché que el terreno sufrió perdidas, ¿crees tener esta cantidad? —me paso un papel que tenía en la bolsa de su pantalón, lo sentía mirarme fijamente mientras leía.
—Si señor si tengo está cantidad.
—¿Sabes leer? —preguntó asombrado.
—Sí.
Su rostro está indescifrable ¿creyó que no sabía leer? ¿era tan difícil?
—Espero tener la cantidad que te escribí en la fecha que estén los cultivos, tienes que venir a dejarlo tu sola —su voz no era agradable.
—De acuerdo —en ese momento llegó el general Washio de nuevo.
—Ya se pusieron de acuerdo, ¿señorita se disculpo con usted por el trato recibido? —preguntó y el rostro de ese hombre perdió su color, se veía como una persona importante y ella no quería problemas.
—Sí, lo hizo —respondió sin saber que muchas veces por no querer causar problemas atraemos unos muy grandes, las malas personas no agradecen la amabilidad, se aprovechan de ella.
—Bien, la acompaño a su casa señorita, nos despedimos Moris —fue lo último que dijo para retirarse y acompañarla de camino a su casa.
Agradeció que en el camino no le hablara como lo hizo sin parar James, en ocasiones se quedaba sin respuestas y era un poco estresante.
