Diez

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Una tos sacó a las mujeres de su no tan agradable conversación

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Una tos sacó a las mujeres de su no tan agradable conversación.

—¡Su majestad! no lo habíamos visto—  todas en unisono hicieron una reverencia perfecta ante el príncipe y su guardia real.

El príncipe que ya se encontraba molesto por dicha conversación no pudo ocultar su molestia, no le parecía justo que tratarán así a esa mujer solo por su apariencia, siendo esclava como mencionaban debían de tratarla mejor al saber que aunque ya no era una práctica legal seguía dándose y las víctimas sufrían demasiado como para agregarle a su sufrimiento rechazo solo por no verse como los demás.

—No pude evitar escuchar su conversación señoritas no me parece agradable que hablen así de dicha mujer, ser diferente no le hace menos—  mencionó con su ceño fruncido causando un sonrojo en las jóvenes que prestaban atención a cada pestañeo suyo.

—Si me disculpa su majestad debe verla usted mismo para que sepa porque me refiero así de ella y lo lamento por usted su excelencia por tener que mirarla yo no querría hacerlo— mencionó la mujer mayor.

—Justamente vengo a eso quiero saber quién es la persona detrás de dichas patatas que a mí parecer son las mejores en todo el reino.

—Claro su majestad— Alysha no tardó en darle la dirección de la mujer agregando que su nombre era Emma y que usará palabras fáciles de entender porque ella no hablaba mucho y tampoco entendía todas las palabras comentando las veces que quiso hablar con ella y no parecía entender nada de lo que le decía.

—Deberías darle una oportunidad a Emma— mencionó Alysha a la mujer.

—Tiene un lindo nombre que no va con su físico, cuando su opinión sea una patata la tomaré— mencionó con veneno en sus palabras.

El príncipe solo pensaba en lo groseros que eran los adultos mayores, por culpa de los mismos era que uno de los príncipes del este sufría tanto.

De no tener que controlarse y saber que su padre se enojaría mandaría a esa mujer de un vendaval a la copa de un árbol.

Disgustado por la situación procedieron a retirarse llevándose un obsequio de parte de la mujer que vendía las frutas. 

Cerca del lugar mientras comía una fresa pensaba en esa mujer, no sabía que era lo que iban a ver.

Su guardia que se encontraba igual de intrigado que él iba pendiente del camino a sabiendas que su majestad por andar en sus pensamientos se podría perder y aparecer en el bosque.

Una vez en el lugar vieron la casa de la mujer a la que buscaban, era un linda casa de color oscuro.

Sin embargo al tocar la puerta y que está misma se abriera les cortó por un momento la respiración por lo que veían sus ojos.

La mujer en la puerta lucía un vestido de manga corta color verde musgo que acentuaba su pálido color de piel, era un lindo vestido.

La mujer que por cierto se encontraba descalza tenía el cabello oscuro por los hombros y se veía muy maltratado pero no se veía sucio.

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