Veintinueve

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EVA:

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EVA:

Toda una semana completa había pasado, el príncipe había llegado hace siete días desde su viaje a la misión que lo mantuvo fuera del palacio.

Al llegar lo primero que hizo fue venir a visitarme y a entregarme un poco de zarzamoras que era un fruto que solo se daba en climas fríos, era un poco ácido y a la vez dulce pero me manchó los dedos y la boca.

Ya era momento de cosechar las patatas y desde el día anterior no había parado de arrancar las plantas y limpiar las patatas, según Baruc nunca podía vender o entregar un producto sucio porque eso dejaba mucho de que hablar del agricultor entonces las tenía que limpiar también.

En estos momentos agradecía mi gran resistencia pero era negativo si ese hombre volvía a tirarme agua encima porque al estar botando sudor con actividades físicas empiezo a deshidratarme por lo que el agua que ingresa a mi cuerpo o toca mi piel es inmediatamente absorbida sin poder retenerlo lo que sería malo si pasa en la cocina real con todas esas personas y ven que estoy seca en cuestión de segundos.
Me aseguraría de tomar suficiente agua antes de partir.

Finalizando la primera recogida de esa semana llevaba un saco repleto en el hombro que me costaba mantener por el movimiento de mis brazos al mover el carretillo que llevaba tres sacos más

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Finalizando la primera recogida de esa semana llevaba un saco repleto en el hombro que me costaba mantener por el movimiento de mis brazos al mover el carretillo que llevaba tres sacos más.
Era muy pesado pero nada que no pudiera manejar con mucho esfuerzo.

El camino se hizo más largo al estar caminando más lento por el peso pero llegaría en algún momento.

Al estar más cerca del palacio vi a una mujer del residencial de los nobles salir y al parecer se dirigía en dirección al palacio por el camino que estaba tomando el carruaje en el que se subió a la salida del residencial, usaba un vestido color blanco con rosado muy grande a decir verdad, su cabello era castaño claro y su tez blanca.

Yo en ese momento usaba un vestido de campo que cubría un poco mis brazos pero no en su totalidad, resople al pensar que no podría usar jamás un vestido así, no se verían bien en una piel como la mía al llamar la atención solo mis cicatrices. Las odiaba.

Al llegar a la parte trasera del palacio, a la entrada de la cocina real suspiré.
Tenía que hacer varios viajes al haberme pedido diez sacos de patatas en esa semana y era poco según sus palabras porque era para verificar el producto y su calidad, cada saco contenía alrededor de treinta y cinco o cuarenta patatas, ya entendía porque tuve que sembrar tanto, a pesar de la perdida tenía una cantidad considerable.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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