She drives me crazy and devil (KLAROLINE) Dark Romance (ACTUALIZANDO)

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🪻𝐶𝑎𝑟𝑜𝑙𝑖𝑛𝑒 𝐹𝑜𝑟𝑏𝑒𝑠

「 »No te debí besar- C Tangana, Paloma Marí« 0:50 ─〇───── 2:30 ⇄ ◃◃ ⅠⅠ ▹▹ ↻」

Habían pasado 2 días desde que había llegado a Nueva Orleans y me había asentado en el complejo de los Mikaelson. No había salido de mi nuevo cuarto desde que entré y aún seguía enfadada porque mis amigas no me respondían ni los mensajes ni las llamadas.

Tenía la mosca detrás de la oreja por si eso podría haber sido por culpa de Klaus, pero no le preguntaría, no todavía ya que tenía un problema más grande que ese.

El de ser el nuevo objetivo de la gran mayoría de vampiros que odiaban a Klaus, que no eran precisamente pocos. 

Resoplé antes de levantarme de la cama para asomarme por una de las tres ventanas que tenía mi cuarto, éste no tenía balcón, y poder ver un poco lo que ocurría fuera del complejo.

Nadie se había interesado tampoco en mi, nadie había venido a verme por lo que llevaba días sin hablar con nadie, cosa que agradecía, quería tiempo para mi misma, para pensar en todo lo que me estaba pasando y así ver una manera de poder enfrentarlo. Necesitaba tiempo.

Y creo que Klaus también sabía que necesitaba tiempo, por fin estaba siendo razonable y no un completo descerebrado y narcisista como llevaba siendo desde el primer día que pisó Mystic Falls y creo que desde que nació. Él debía de saber y hacerse por fin a la idea de que esto me quedaba grande y que tenía que recapacitar ya que esto había sido una obligación, un chantaje, no una opción.

Corrí de nuevo la cortina, dejando atrás el ruido y luz del barrio cuando escuché a alguien tocar la puerta. Dejé incluso de respirar por el susto.

—¿Caroline?

Abrí mucho mis ojos, tapándome la boca para alguna extraña razón. Era Klaus y no iba a salir a hablar con él.

—¿Va todo bien? Llevas días sin salir.

A la mierda todo lo que había pensado, no se había hecho a la idea de mi situación, seguro buscaba información de algo que me sacaría por las buenas o por las malas.

De nuevo no contesté, pero el miedo seguía ahí.

—Caroline sé que estás ahí, vamos, no te comportes como una cría por Dios solo quiero saber como estás, debes de estar hambrienta.— Un golpe seco se escuchó en la puerta, probablemente se habría apoyado en ella—.

—Estoy bien.— Y no mentía, lo estaba. Llevaba varios días sin beber sangre pero tampoco le iba a pedir que me diera de su reserva. Aunque el regustillo a sangre me viniera a mi mente y el placer de beberla... desde la gasolinera había estado tentada, pero mi ego era mayor.

—¿Segura? Te traigo sangre, tipo 0 negativo. Sabe algo más metálica al comienzo pero créeme que te va a gustar.— Su voz sonaba tentadora y la mención de la propia sangre hizo que mis colmillos dolieran al querer salir—.