9: Challenge

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Por un largo período de mi vida, negué la existencia de mis errores. Como era pequeña solía ocultarlos debajo de la alfombra, junto al polvo acumulado y al resto de mis problemas.

En ese tiempo fui extremadamente feliz.

Cuando mis padres fallecieron, esa alegría se esfumó. De forma repentina, me hice consciente de que mi existencia era mi mayor pecado y que la única manera de expiarlo era la muerte.

— Kowase, Ichikawa, escuchen —dijo el vicecapitán desde su escritorio, sacándome de mis divagaciones— Entiendo que estén en una edad complicada y que sean una pareja joven, pero eso no quita que comparten un espacio reducido con otras personas. Si van a hacer ciertas cosas, que sea cuidándose y con discreción. Como castigo, harán el doble de entrenamiento mañana. Y Kowase, debes vestir cómodamente por si hay alguna emergencia ¿Entendido?

Su enojo era evidente.

— Lo sentimos—se disculpó Reno— seremos más respetuosos la próxima vez.

— Qué bueno que lo entiendan. Ya puedes irte, Ichikawa.

— Sí, señor.

— Kowase, tú quédate.

Una vez Ichikawa salió de la habitación, el vicecapitán se levantó de su silla y se apoyó en la mesa con los brazos cruzados.

— Kowase, me gustaría saber... ¿Era tu objetivo qué nos encontráramos hoy y te viera besar a otro hombre? Porque fue una excelente táctica para rechazarme.

— No, yo —respondí afligida— yo solo quería que compartiéramos un instante, conversar sobre mi aprobación pendiente y otras cosas. Yo solo quería que tuviéramos un momento a solas, no fue mi intención que me viera así. Tiene que saber que Reno y yo solo somos amigos.

— Oh, así que ¿Besas a tus amigos?

— No, nunca.

— Entonces ¿Besas así a Ichikawa?

— No, yo no...

— Kowase —me interrumpió.

Callé  y él continuó.

— Y si yo fuera tu amigo, como Ichikawa ¿Me besarías también?

— Sería distinto.

— ¿Por qué?

— Porque usted y yo nunca seremos solo amigos.


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Hubo un prolongado silencio. El vicecapitán buscaba en mi mirada una explicación. Yo me acerqué a la puerta y antes de despedirme le dije.

— Cuando nos conozcamos más, cuando exista la posibilidad de un nosotros, ese día, no solo nos besaremos.

En su rostro, que anteriormente mostraba frustración, se dibujó una sonrisa traviesa.

— ¿Es una promesa?

— Es un desafío.

No hablé más y salí cerrando con suavidad.  Me retiré al dormitorio, sorprendida de mi iniciativa.


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Al llegar al cuarto entré con el máximo sigilo para no molestar a Kikoru, pero esta me esperaba con una expresión desafiante.

— ¿Qué haces toda bonita afuera de la cama a estas horas y con esa cara? Cuéntamelo todo, con sumo detalle y exagera.

Me senté a su lado, sonriente.

— Bueno, por dónde empezar.

— Por cualquier parte, solo dime qué te pasa.

— Sucede que creo... no, estoy segura...que alguien me gusta, mucho—miré el piso.

— ¿Reno? Era obvio que ustedes eran novios.

— No, no es Reno.

— ¿No? ¿Entonces quién es? Ay, por favor no me digas —lo pensó mejor— No, mejor dilo, ya.

— Es el vicecapitán.

— ¿¡Qué!?

Shinomiya había quedado tan impactada que tuve que responder a sus preguntas hasta el amanecer. Hablamos tanto que no dormimos nada. Cuando llegamos al entrenamiento, estábamos tan cansadas, que nuestro desempeño fue nefasto. Estábamos tan distraídas que tuvimos que remediar nuestras equivocaciones todo un mes. 

Dreamy Sky StarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora